Iztapalapa, la demarcación más poblada de Ciudad de México, se ha convertido en el epicentro de la batalla electoral de cara a las elecciones del próximo 2 de junio.
Con más de 1.5 millones de habitantes, su peso electoral es significativo y su control es considerado crucial para cualquier fuerza política que aspire a dominar la capital del país.
Históricamente, Iztapalapa ha sido un bastión de la izquierda, con el partido Morena dominando en los últimos años. Sin embargo, en esta contienda, los partidos de oposición, la coalición del PAN, PRI y PRD; y Movimiento Ciudadano, buscan arrebatarle el control a Morena. La coalición opositora ha centrado su campaña en temas de seguridad, desarrollo urbano y servicios públicos, áreas donde consideran que el actual gobierno local ha fallado.
La campaña en Iztapalapa ha sido particularmente intensa, con los candidatos realizando múltiples eventos públicos y debates, buscando ganar el apoyo de los votantes indecisos. Las propuestas se han centrado en mejorar la calidad de vida de los habitantes, con promesas de mayor seguridad, mejor acceso a servicios de salud y educación, y la creación de empleos.
Además, Iztapalapa es un reflejo de los desafíos más amplios que enfrenta Ciudad de México: la lucha contra la corrupción, la mejora de los servicios públicos y la necesidad de desarrollo económico. El resultado de la elección en esta demarcación podría influir significativamente en la política de la capital en los próximos años.
Con una participación ciudadana que se espera sea alta, la jornada electoral del 2 de junio promete ser decisiva no solo para el futuro de Iztapalapa, sino para toda Ciudad de México. Los partidos políticos están conscientes de que ganar en esta demarcación puede ser la clave para asegurar el control de la administración capitalina, convirtiendo a Iztapalapa en el verdadero «corazón» de la disputa electoral.
