Protestas en Perú por clasificar la transexualidad como transtorno mental

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El gobierno peruano rechazó la anulación del decreto que clasifica la transexualidad como «trastorno mental», a pesar de las intensas protestas de grupos defensores de la diversidad sexual por la utilización oficial de una antigua clasificación de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Hoy, en el el Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, colectivos LGBT organizaron una manifestación en Lima para exigir la revocación de una normativa que, según ellos, fomenta la discriminación y la violencia contra sus integrantes.

«Es un decreto que nos hace retroceder más de tres décadas, cuando se ‘descataloguizó’ la homosexualidad por la OMS… No podemos vivir en un país donde nos consideren enfermas o enfermos», afirmó Jorge Apolaya, portavoz del Colectivo Marcha del Orgullo Lima.

Un portavoz del Ministerio de Salud defendió la vigencia del decreto, argumentando que su anulación impediría que los afiliados al sistema de salud, especialmente en el sector privado, accedan a más servicios de salud mental.

«El decreto se va a mantener porque no podemos quitar el derecho de atención», dijo Carlos Alvarado, director de Aseguramiento e Intercambio Prestacional del ministerio.

Graves Consecuencias

Los colectivos de diversidad sexual están en desacuerdo con la norma expedida por el Ministerio de Salud el 10 de mayo, principalmente porque adopta una antigua clasificación de enfermedades de la OMS. Según el portavoz oficial, «ha habido una mala interpretación» del decreto.

«La transexualidad no es un problema de salud mental y estamos de acuerdo con eso, a tal punto que hay varios documentos del ministerio que lo especifican», expresó Alvarado.

El decreto actualiza el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS), una lista de los beneficios mínimos a los que tiene derecho un afiliado del sistema de salud pública, mixta o privada. No obstante, utilizó una antigua clasificación de la OMS, conocida como CIE-10, con la descripción que alarmó a los grupos LGBT. Desde 2022, la organización dejó de categorizar la transexualidad como un trastorno mental.

Alvarado insistió en que la intención del gobierno fue ampliar la atención en salud mental a tratamientos ambulatorios, psiquiátricos y endocrinológicos derivados de la identidad de género, que antes del decreto no eran cubiertos por aseguradoras privadas, principalmente. Para los colectivos LGBT, mientras la norma siga vigente, sus miembros están expuestos a «graves consecuencias», como las mal llamadas terapias de conversión, que agencias de la ONU consideran torturas.

«No hay que olvidar que las terapias de conversión consistían en tratamientos como electroshock y baños en hielo», comentó el portavoz del Colectivo Marcha del Orgullo Lima.

Perú no reconoce el matrimonio ni la unión civil entre personas del mismo sexo, ni permite que las personas trans incluyan en sus documentos su identidad de género.

Con información de Agencias

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