Los representantes de la Iglesia Católica participan en el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco
Los cardenales electores han llegado a Roma para participar en el cónclave que definirá al nuevo líder de la Iglesia Católica, sucediendo al papa Francisco, quien guió a una comunidad de más de 1,400 millones de fieles en todo el mundo. El proceso comenzará el miércoles 7 de mayo de 2025 en la Capilla Sixtina, donde los cardenales serán aislados completamente del mundo exterior.
Durante el cónclave, los llamados «príncipes de la Iglesia» permanecerán incomunicados: sin acceso a teléfonos, internet, televisión ni prensa. Este estricto aislamiento busca garantizar la confidencialidad y la pureza del proceso de elección.

Las votaciones serán secretas y se llevarán a cabo hasta que uno de los candidatos alcance la mayoría de dos tercios, equivalente a 89 votos. Está previsto que se realicen hasta cuatro votaciones por día, salvo el primer día, cuando solo se efectúa una. Las papeletas y actas se queman tras cada ronda de votación, y del humo que emana de la chimenea de la Capilla Sixtina dependerá si el mundo ve salir humo blanco —indicando que hay nuevo papa— o negro, señal de que aún no hay acuerdo.
Este cónclave es considerado el más internacional en la historia del Vaticano, con la participación de cardenales de 72 países de los cinco continentes. La mayoría fueron nombrados por el propio Francisco, quien amplió la representación de regiones tradicionalmente marginadas dentro de la estructura eclesiástica, marcando así un cambio notable en la composición del Colegio Cardenalicio.

A diferencia de ocasiones anteriores, no hay un candidato que se destaque como favorito. Se espera, sin embargo, que el nuevo pontífice no siga un perfil rupturista como el de Francisco, sino que represente a un pastor cercano a la vida cotidiana de los fieles, alguien capaz de ofrecer guía y unidad en tiempos de crisis dentro y fuera de la Iglesia.
Aunque históricamente algunos cónclaves han durado varios días —Benedicto XVI fue elegido en la cuarta votación en 2005 y Francisco en la quinta en 2013—, algunos cardenales han expresado en entrevistas recientes que este proceso podría resolverse en no más de tres días.