Este lunes Hunter Biden, hijo del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se presentará ante un tribunal en Delawere a causa de cargos federales por falsificación del permiso de armas, en un juicio que puede afectar a la contienda electoral de Estados Unidos, puesto que puede desgastar políticamente al actualpresidente después de que Donald Trump fuera condenado por 34 cargos la semana pasada.
Los cargos se deben a la solicitud de Hunter Biden de una licencia de armas de fuego para la que negó ser consumidor de narcóticos. A priori, puede enfrentar una sentencia larga de prisión, aunque parece poco probable. Los problemas de Hunter Biden con los narcóticos han sido frecuentes a lo largo de una vida problemática. Él mismo ha reconocido que en 2018 luchó contra su adicción al crack. Sus abogados han precisado que durante ese periodo nunca violó la ley.
Hunter Biden, de 54 años, ha declarado que desde 2019 no consume drogas de ningún tipo. Sin embargo, los fiscales argumentarán que ya era adicto cuando firmó el formulario para obtener la licencia de armas.
El año pasado fracasó un acuerdo de culpabilidad para evitar el juicio. No es descartable un último intento antes de que inicie el proceso. Lo que parece seguro es que el partido Republicano utilizará este suceso para desacreditar la figura del candidato demócrata, Joe Biden.
El momento procesal es infortunado porque coincide con una campaña en que el principal rival del presidente de Estados Unidos es un delincuente.
El juicio será doloroso para la familia puesto que está llamada a declarar Hallie, viuda de Beau, con quien Hunter vivió un episodio muy controvertido después del fallecimiento de su hermano que puede profundizar en divisiones dentro de la familia.
La preocupación en la Casa Blanca sobre el costo político del juicio de Hunter es máxima.