Este viernes el expresidente de Estados Unidos cumplió 78 años y su conducta también despierta dudas sobre su estado físico y agilidad mental
Este viernes, Donald Trump cumplió 78 años en medio de un debate creciente sobre su edad y su capacidad para el liderazgo presidencial, aunque el magnate se burla de su rival Joe Biden, quien también enfrenta críticas por su avanzada edad de 81 años.
Cualquiera que sea el que gane, sería el presidente de más edad en asumir el cargo si resulta triunfador en las elecciones del 5 de noviembre. Este contexto ha provocado especulaciones y preocupaciones sobre la salud física y la agilidad mental de ambos contendientes.
“Feliz cumpleaños, Donald. Tómatelo de parte de un viejo a otro: la edad es sólo un número. Esta elección, sin embargo, es una opción”, escribió Biden en la red social X.
Porque las críticas no solo han sido en torno a Biden. Las encuestas reflejan una preocupación mayoritaria entre los estadounidenses sobre la idoneidad de Trump para un segundo mandato debido a su edad.
Se ha observado a Trump en diversos eventos mostrando signos que algunos interpretan como síntomas de declive, como confusiones en nombres de ciudades y líderes, así como videos que circulan en redes donde se le ve tambaleándose o mostrando dificultades físicas.
Para marcar su cumpleaños, el equipo de campaña de Biden publicó un comunicado con una imagen poco halagadora de Trump, describiéndolo como un «delincuente, un fracasado, un impostor y una amenaza para nuestra democracia». Esta declaración provocó una respuesta firme del equipo de Trump, que calificó a Biden como «débil e incompetente» y lo comparó con un «zombi en muerte cerebral».
Este debate sobre la edad y la capacidad de los presidentes no es nuevo en la política estadounidense, fue tema de discusión durante el segundo mandato de Ronald Reagan y en preocupaciones expresadas por el ex presidente Jimmy Carter sobre el deterioro de las capacidades neurológicas de un mandatario.
El cumpleaños de Trump continúa siendo un punto de atención en la campaña electoral, mientras ambos candidatos intensifican sus estrategias para ganar el apoyo del electorado en los meses previos a las elecciones.
