A menos de dos meses de la cita olímpica, las aguas del Sena presentan niveles de bacterias que superan los límites de seguridad para los deportistas.
Las recientes lluvias torrenciales en París han provocado un aumento preocupante de la contaminación en el río Sena, hogar de las próximas pruebas de natación de los Juegos Olímpicos. Los análisis realizados durante los primeros días de junio revelaron niveles peligrosos de E. coli y enterococos, bacterias que ponen en riesgo la salud de los atletas.
Un informe del grupo de control Eau de Paris publicado el viernes enciende las alarmas a solo 50 días del inicio de las competiciones. Las autoridades francesas se muestran optimistas y afirman que la inversión de 1.500 millones de dólares para la limpieza del Sena ha sido suficiente, sin embargo, los resultados de las pruebas sugieren lo contrario.
El Comité Olímpico Internacional (COI) mantiene su postura de que las pruebas se celebrarán según lo previsto en el tramo histórico del Sena, cerca de la Torre Eiffel. Sin embargo, la comunidad científica y algunos atletas han expresado su preocupación por los posibles riesgos para la salud.
Las primeras pruebas en el Sena serán el triatlón masculino y femenino, el 30 y 31 de julio respectivamente, con distancias de natación de menos de 1.5 km. El 5 de agosto se celebrará una prueba de relevos mixtos. Los eventos más desafiantes, las pruebas de maratón de natación de 10 kilómetros para mujeres y hombres, están programadas para el 8 y 9 de agosto, respectivamente.
La situación actual pone en jaque la viabilidad de las pruebas de natación en el Sena. Las autoridades francesas se encuentran en una encrucijada: priorizar la salud de los atletas o seguir adelante con los planes originales. La decisión final tendrá un impacto significativo en el desarrollo de los Juegos Olímpicos de París y la reputación de Francia como sede.
