La obra del escritor es fundamental para la literatura universal y se preservó gracias a que no respetaron sus deseos de lecho de muerte
Franz Kafka murió el 3 de junio de 1924 a la edad de 40 años. Y casi fue olvidado. El hecho de que hoy, cien años después de su muerte, sea celebrado como casi ningún otro escritor se debe a su amigo Max Brod.
![](https://i0.wp.com/latorrenews.com/wp-content/uploads/2024/06/image-83.png?resize=524%2C433&ssl=1)
Los fragmentos de la novela El proceso, El castillo y El hombre desaparecido, como muchos otros, permanecieron inéditos en vida de Kafka. Sólo El Veredicto y La Metamorfosis fueron obras que «perduran» para el eterno escéptico.
«Por otra parte, todo lo demás mío (…) debe ser quemado sin excepción y te pido que lo hagas lo antes posible», escribió a Brod en su lecho de muerte.
Afortunadamente su amigo desafió este último deseo para preservar la obra de Kafka.
![](https://i0.wp.com/latorrenews.com/wp-content/uploads/2024/06/image-82.png?resize=250%2C386&ssl=1)
![](https://i0.wp.com/latorrenews.com/wp-content/uploads/2024/06/Kafka1.jpeg?resize=250%2C386&ssl=1)
![](https://i0.wp.com/latorrenews.com/wp-content/uploads/2024/06/kafka2.jpeg?resize=250%2C386&ssl=1)
![](https://i0.wp.com/latorrenews.com/wp-content/uploads/2024/06/kafka3.jpeg?resize=658%2C1000&ssl=1)
![](https://i0.wp.com/latorrenews.com/wp-content/uploads/2024/06/kafka5.jpeg?resize=226%2C360&ssl=1)
Kafka nació en Praga en 1883 como el hijo mayor de padres judíos de habla alemana. Trabajó como abogado de seguros y escribía principalmente por las noches. Aunque se comprometió tres veces (dos con la misma mujer, la oficinista berlinesa Felice Bauer), nunca se casó.
Contrariamente a la percepción común, no era un genio solitario sino un hombre sociable y popular con un gran círculo de amigos y una amplia gama de pasiones e intereses. Vegetariano estricto, también seguía la rutina diaria de ejercicios de un gurú del fitness danés. Le encantaba viajar, la jardinería y la natación salvaje, y estaba fascinado por la fotografía y el cine, que han dejado profundas huellas en sus escritos.
![](https://i0.wp.com/latorrenews.com/wp-content/uploads/2024/06/image-84.png?resize=414%2C600&ssl=1)
Murió en un sanatorio cerca de Viena, a la edad de cuarenta años. En las últimas semanas de su vida, cuando la tuberculosis se había extendido a la laringe, los médicos de Kafka le ordenaron que no hablara. Obedeció esta orden, utilizando lápiz y papel para comunicarse con su compañera Dora Diamant y su amigo, el estudiante de medicina Robert Klopstock, que estuvieron con él hasta el final.
Estas llamadas “notas de conversación” pintan un cuadro vívido de sus últimas semanas. A menudo giran en torno a cosas triviales, como la comida y la bebida (Kafka ansiaba una cerveza fría, pero esto era imposible) y las flores que Dora trajo a su dormitorio, pero también hay destellos de su estado interior, su miedo a morir: «Pon Tu mano sobre mi frente por un momento para darme valor’.
![](https://i0.wp.com/latorrenews.com/wp-content/uploads/2024/06/image-85.png?resize=685%2C513&ssl=1)