Ambientalistas han levantado la voz tras denunciar un incidente de derrame de cemento en la laguna Nichupté durante las obras de construcción de un puente en Cancún. Según declaraciones de Araceli Domínguez, presidenta del Grupo Ecologista del Mayab (Gema), además del derrame de cemento, se han identificado otros problemas como derrames de hidrocarburos y tala de manglar, actividades que constituyen delitos penales.
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El derrame de cemento se registró en una zona de manglares donde se están instalando los pilotes que sostendrán la estructura del puente, lo que ha generado preocupación entre los miembros de Gema respecto al impacto que este material pueda tener en los pastos marinos y la fauna del lugar.
La construcción del puente, que conectará la zona hotelera con el centro de Cancún, inició en 2022 y debería haberse completado en abril de 2024. Sin embargo, hasta febrero pasado, la obra solo había avanzado un 38%, según la Secretaría de Infraestructura, Comunicación y Transportes (SICT). A pesar de las acusaciones, la SICT no ha ofrecido explicaciones sobre el incidente.
En respuesta a las preocupaciones ambientales, la SICT anunció un programa de «compensación ambiental» en colaboración con la Secretaría del Medio Ambiente, que incluirá medidas como la reforestación de hectáreas y la construcción de drenajes para la regeneración del manglar.
El costo inicial estimado de la obra era de 5 mil millones de pesos, pero el presupuesto ha aumentado a 7 mil millones de pesos. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) ha señalado una serie de irregularidades en los trabajos, incluyendo la falta de autorización para desmonte y despalme en caminos de acceso, así como el cambio de uso de suelo forestal y manglar sin acreditación. También se detectaron pagos indebidos y problemas relacionados con la calidad de los materiales utilizados en la construcción.
