
Este domingo, Donald Trump alcanza los primeros seis meses de su segundo mandato como presidente de Estados Unidos. Su regreso a la Casa Blanca ha estado marcado por una serie de decisiones de alto impacto en materia comercial, migratoria y de política exterior, así como por una inesperada crisis de confianza dentro de su propia base de apoyo.
Reactivación del proteccionismo económico
Una de las principales banderas de la nueva administración ha sido el impulso a una agenda comercial proteccionista. En abril, Trump impuso aranceles globales del 10 %, con amenazas de aplicar tarifas más severas a países que no logren acuerdos bilaterales favorables. Hasta el momento, solo se han concretado pactos con Reino Unido, Vietnam, Indonesia y un acuerdo temporal con China.
A partir del 1 de agosto, entrarán en vigor nuevos aranceles de entre 20 y 40 % para diversas naciones, incluyendo México (30 %) y Canadá (35 %). La medida ha provocado tensiones diplomáticas, especialmente con países latinoamericanos y socios tradicionales de Estados Unidos.
Redefinición del papel internacional de EE.UU.
En el plano internacional, la administración Trump ha recortado recursos a la ayuda exterior y ha presionado a los aliados de la OTAN para incrementar su gasto en defensa. También ha promovido negociaciones de paz en zonas de conflicto como Ucrania y Gaza, manteniendo un firme respaldo al gobierno de Israel.
En América Latina, la migración se ha convertido en el eje de su estrategia regional. El presidente ha exigido mayor control fronterizo a México, Canadá y los países centroamericanos, al tiempo que ha expresado su intención de aumentar la influencia estadounidense en zonas estratégicas como el Canal de Panamá.
Política migratoria endurecida
En línea con su enfoque de mano dura, Trump ha reforzado las redadas migratorias, incrementado los recursos al ICE (Servicio de Inmigración y Control de Aduanas) y eliminado el Estatus de Protección Temporal para ciudadanos de Venezuela, Haití, Honduras, Nicaragua y Afganistán.
Estas medidas han derivado en detenciones masivas, deportaciones exprés y el traslado de personas a instalaciones como la base naval de Guantánamo y centros de alta seguridad en El Salvador y Florida. La situación ha generado críticas de organizaciones humanitarias y protestas en varias ciudades del país.
Tensiones políticas y escándalos
En el frente interno, Trump ha impulsado un ambicioso paquete fiscal que incluye importantes recortes al gasto público. Si bien la medida ha sido respaldada por su mayoría en el Congreso, también ha elevado el déficit fiscal a niveles históricos.
A ello se suma una ruptura pública con Elon Musk, exaliado político y empresario, quien renunció a su cargo en el Departamento de Eficiencia Gubernamental y ha criticado abiertamente al presidente.
Finalmente, el manejo del caso Epstein ha generado una inesperada fractura dentro de las filas trumpistas. La falta de transparencia sobre las investigaciones del magnate acusado de tráfico sexual ha encendido las alarmas entre simpatizantes que exigen el cumplimiento de las promesas de verdad y justicia. Ante la presión, Trump ha ordenado la publicación de información adicional relacionada con el caso.