
La incertidumbre generada por los recientes aranceles comerciales impuestos por Estados Unidos ya comienza a impactar en la economía mexicana, particularmente en el alza de precios de alimentos clave como el café y el cacao. Así lo advirtió este viernes Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), durante su visita a México.
En conferencia de prensa, Lario expresó su preocupación por los efectos a corto y mediano plazo que provocan estas tensiones comerciales, que han derivado en lo que calificó como una “inflación alimentaria” visible en varios productos agrícolas. A su vez, subrayó que este fenómeno no solo responde a factores comerciales, sino también a “shocks climáticos” que alteran las cadenas de suministro y dificultan la planeación a largo plazo.
“Desgraciadamente, esta incertidumbre arancelaria, junto con las barreras comerciales, ya está repercutiendo en la inflación de alimentos. El cacao y el café son dos de los productos con mayores aumentos”, señaló Lario.
Las advertencias del organismo especializado de la ONU coinciden con la decisión del gobierno de Estados Unidos, encabezado por el presidente Donald Trump, de imponer aranceles de hasta 17% a productos como el jitomate mexicano, y la posibilidad de ampliar esa carga hasta 30% a partir del 1 de agosto. Esta medida coloca a México en una situación compleja, particularmente por su rol como proveedor clave en el mercado agroalimentario de América del Norte.
Durante su estancia en el país, Lario sostuvo reuniones con los titulares de las secretarías de Medio Ambiente y Agricultura. En estos encuentros, enfatizó la necesidad de orientar la inversión pública hacia sectores estratégicos que puedan fortalecer la autosuficiencia alimentaria. “No se puede atender todo al mismo tiempo. Es necesario fijar prioridades y decidir si se enfocará en frijol, arroz, o una combinación que garantice seguridad alimentaria”, explicó.
Además, destacó la necesidad de mejorar la infraestructura rural mediante inversiones en almacenamiento, caminos terciarios y redes logísticas. Aunque México es considerado un país de renta media alta, la desigualdad persiste, especialmente en las zonas rurales donde el 48.8% de la población vive en condiciones de pobreza, en contraste con el 32.2% en áreas urbanas.
Lario también reafirmó el compromiso del FIDA con México, destacando ejemplos concretos de cooperación como el proyecto Cuenca de Balsas, financiado con recursos del Fondo Verde para el Clima de la ONU. Este modelo, gestionado por la Comisión Nacional Forestal (Conafor), busca generar ingresos mediante la conservación ambiental y ha beneficiado a comunidades en estados como Guerrero, Michoacán y Oaxaca.
Asimismo, mencionó el proyecto Agribiomex, de la Secretaría de Agricultura, que tiene como objetivo preservar la biodiversidad y fomentar una producción agropecuaria sostenible, evitando prácticas como la deforestación derivada de la expansión ganadera.
En un contexto global marcado por conflictos armados y crisis climáticas, Lario hizo un llamado a priorizar la inversión en temas estructurales y no dejar de lado los desafíos públicos globales. “En lugar de aumentar el gasto en defensa, necesitamos crear condiciones para que todos los actores del mundo agrícola puedan convivir y desarrollarse”, concluyó.
Actualmente, el FIDA mantiene una inversión activa de aproximadamente 100 millones de dólares en México, en conjunto con otras instituciones financieras internacionales.