Hace 20 años, Ciudad Universitaria fue declarada Monumento Artístico de la Nación

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La integración plástica de los murales en el diseño de las fachadas es el rasgo distintivo de CU como conjunto arquitectónico

Este 18 de julio se cumplen dos décadas desde que el conjunto arquitectónico de Ciudad Universitaria fue oficialmente declarado Monumento Artístico de la Nación. Publicado en el Diario Oficial de la Federación en 2005, el decreto marcó un punto de inflexión en el reconocimiento de CU como una obra integral de arte, arquitectura y urbanismo, que años después sería reconocida también como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.

Para Enrique de Anda Alanís, investigador del Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM y principal impulsor de la declaratoria, este aniversario merece especial atención: “Siempre se celebra que CU es Patrimonio Mundial, pero rara vez se recuerda que fue primero Monumento Artístico, y que esto fue clave para avanzar en el proceso con la UNESCO”, subrayó.

Facultad de Medicina

El valor de Ciudad Universitaria no radica solo en sus murales emblemáticos ni en edificios aislados, sino en la integración plástica que vincula arte y arquitectura como un todo coherente. Construido entre 1949 y 1952, el campus central es ejemplo de la innovación arquitectónica del México moderno, una obra colectiva sin precedentes en la que confluyeron talentos como Siqueiros, O’Gorman y Rivera.

Rectoría

La declaratoria abarca 176.5 hectáreas del primer circuito universitario, donde se levantan más de 50 edificios que, a lo largo de más de 70 años, han mantenido en gran medida su traza original. Esta conservación fue uno de los factores determinantes para recibir la distinción nacional, y luego, en 2007, el nombramiento internacional.

Ciudad Universitaria ha sido testigo de momentos clave en la historia del país: desde el movimiento estudiantil del 68 y los Juegos Olímpicos, hasta eventos como el Mundial del 86 o la formación de generaciones enteras de científicos, artistas, pensadores y premios Nobel.

Pero más allá de los hitos, CU simboliza la persistencia de un proyecto cultural profundo. “El campus encarna el pensamiento plural y la transmisión del conocimiento a lo largo del tiempo”, explica De Anda Alanís, también fundador del Archivo de Arquitectura Mexicana y del Seminario de Arquitectura Moderna.

Espacio Escultórico

El reconocimiento como Monumento Artístico no solo es simbólico. Asegura que cualquier intervención futura en murales, jardines o edificios tenga un marco legal de protección, y permite que se canalicen apoyos de instituciones nacionales e internacionales para su mantenimiento.

El proceso que llevó a estas declaratorias —primero nacional y luego internacional— está documentado en el libro Hazaña y Memoria, el campus de Ciudad Universitaria del Pedregal, publicado por la Coordinación de Humanidades de la UNAM, donde se narra cómo un espacio pensado para la educación se convirtió en un símbolo de la cultura mexicana ante el mundo.

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