El gobierno de Estados Unidos se deslindó de la ofensiva. En el ataque murió Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán
Diversas explosiones sacudieron la ciudad de Teherán tras un ataque aéreo lanzado por Israel contra territorio iraní. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) confirmaron la operación militar, mientras que Estados Unidos negó haber participado en la ofensiva.
La acción, denominada «León Creciente», fue anunciada por el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, quien declaró que los ataques continuarán “tantos días como sea necesario” para neutralizar lo que describió como una amenaza nuclear. En un mensaje en video, aseguró que Israel atacó instalaciones clave del programa nuclear y de misiles balísticos iraníes, incluyendo el sitio de enriquecimiento de uranio en Natanz.

“Golpeamos el corazón del programa de enriquecimiento nuclear iraní y también el núcleo del programa de misiles balísticos», afirmó Netanyahu.
Según el comunicado oficial del Ejército israelí, decenas de aviones participaron en la primera fase del operativo, atacando numerosos objetivos militares, entre ellos sitios relacionados con el desarrollo nuclear iraní. Las autoridades militares señalaron que Irán se encuentra más cerca que nunca de obtener un arma nuclear, y que esta amenaza justifica su respuesta.
En Irán, medios estatales confirmaron múltiples explosiones en la capital y reportaron un incendio en la sede de la Guardia Revolucionaria en Teherán. Un periodista local señaló que no pudo acercarse al lugar por la magnitud del siniestro.
En el ataque murió Hossein Salami, jefe de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (una poderosa rama de las fuerzas armadas del país) y a seis destacados científicos nucleares, según medios estatales iraníes.

También fallecieron Fereydoon Abbasi, exdirector de la Organización de Energía Atómica de Irán, y Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor del ejército iraní, anunció Effie Defrin, portavoz de la fuerzas armadas de Israel (FDI).
A raíz del ataque, Israel declaró una situación de emergencia nacional y ordenó el cierre de su espacio aéreo. Además, el ministro de Defensa, Israel Katz, anunció la suspensión de clases en todo el país.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos se deslindó de la ofensiva. “No participamos en las operaciones contra Irán. Nuestra prioridad es la seguridad de las tropas estadounidenses en la región”, declaró un portavoz oficial. Washington también reiteró que se mantiene en comunicación con sus aliados regionales y ha tomado medidas preventivas, como la evacuación parcial de diplomáticos en Irak.
El ataque ocurre en un momento de alta tensión internacional, tras una resolución del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que censuró a Irán por falta de cooperación. Teherán respondió anunciando la creación de una tercera planta de enriquecimiento y la modernización de sus centrífugas.
Israel ha reiterado durante años que no permitirá que Irán desarrolle un arma nuclear. Aunque el gobierno iraní insiste en que su programa tiene fines pacíficos, las potencias occidentales han mostrado creciente preocupación ante sus avances tecnológicos.