
La noche de este domingo, la ciudad de Los Ángeles vivió un nuevo pico de tensión tras la quema de al menos cinco taxis autónomos y diversos actos de vandalismo en las inmediaciones de Placita Olvera, en el centro de la ciudad, luego de una jornada de protestas contra las redadas migratorias y el despliegue de la Guardia Nacional de EE.UU.
Los incidentes ocurrieron poco después de que la Policía de Los Ángeles (LAPD) dispersara a un grupo de manifestantes que participaban en una movilización pacífica. Según constató la agencia EFE, algunas personas se replegaron hacia otras calles donde arremetieron contra vehículos de transporte público, entre ellos taxis autónomos de la empresa Waymo, propiedad de Alphabet. Todos los vehículos estaban vacíos, por lo que no se reportaron personas heridas.
Además de los taxis incendiados, varias patrullas estacionadas en la Autopista 101 fueron vandalizadas por jóvenes encapuchados, quienes fueron dispersados con gas lacrimógeno. Otros manifestantes pintaron edificios federales, desinflaron llantas de vehículos y causaron daños a la infraestructura urbana.
Las protestas surgieron en respuesta a los operativos migratorios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) y la llegada de 2 mil elementos de la Guardia Nacional ordenada por el presidente Donald Trump, lo que generó múltiples expresiones de rechazo en distintas zonas de la ciudad.
En conferencia de prensa, la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, expresó su frustración y decepción por los disturbios: “La ciudad no necesita ser destrozada”, afirmó. También informó que ya sostuvo conversaciones con funcionarios de la Casa Blanca para exigir el retiro de las tropas federales, a las que calificó como parte de “una escalada peligrosa” que no responde a una política de seguridad pública clara.
Aunque Bass se comprometió a proteger a todas las personas que consideran a Los Ángeles su hogar, también condenó los actos violentos derivados de las protestas. “Si se va a permitir la violencia, si se intenta tomar el control de una autopista, se sufrirán las consecuencias”, sentenció.
Los disturbios reflejan un clima de creciente tensión social en la ciudad, ante lo que diversas organizaciones civiles han llamado al diálogo y a una salida pacífica frente a las políticas migratorias del gobierno federal.
