Los padres, cada vez más preocupados por el uso excesivo de la pantalla entre los niños, enfrentan un desafío en el mundo moderno. Si bien hace años la preocupación recaía en el tiempo frente a la televisión, hoy el enfoque se dirige hacia el empleo desmedido de tablets y smartphones, generando intranquilidad en muchos hogares.
Un niño puede fácilmente pasar más de cinco horas en un día de verano absorto en dispositivos electrónicos, privándose así de actividades fundamentales para su desarrollo, como jugar al aire libre, socializar y disfrutar de experiencias fuera de la pantalla.
Esta creciente problemática no se limita a niños mayores: incluso bebés y menores de seis años se ven atrapados en el uso excesivo de dispositivos electrónicos, con efectos adversos como dolores de cabeza, problemas cervicales y trastornos del sueño.
Recientemente, un estudio de la Universidad de Londres destacó la correlación entre el uso de pantallas interactivas en niños de seis meses a tres años y la reducción en sus horas de sueño, evidenciando así los impactos negativos en la calidad del descanso de los más pequeños.
La Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría han expuesto diez razones contundentes para limitar el acceso de los menores de 12 años a estos dispositivos. Estas incluyen el hecho de que bebés de 0 a 2 años no deberían tener contacto alguno con la tecnología, mientras que los de 3 a 5 años deberían limitarse a una hora diaria y los de 6 a 18 años, a dos horas.
El estudio señala cinco efectos negativos cruciales:
- Impacto en el desarrollo cerebral: El exceso de tecnología puede afectar el desarrollo cognitivo y generar déficits de atención, impulsividad y falta de autocontrol en bebés y niños pequeños.
- Retraso en el desarrollo: El uso excesivo puede limitar el movimiento, afectando el rendimiento académico, la alfabetización y aumentando el riesgo de obesidad infantil y problemas de salud.
- Alteraciones del sueño: El uso nocturno de dispositivos en habitaciones infantiles interrumpe el sueño, afectando el desempeño académico.
- Problemas de salud mental: La sobreexposición tecnológica se relaciona con tasas más altas de depresión, ansiedad infantil y otros trastornos de conducta.
- Riesgo de radiación: Los dispositivos emiten radiación y los niños son más sensibles, aumentando el riesgo de enfermedades como el cáncer.
Los expertos enfatizan la importancia de equilibrar el uso de tecnología con actividades físicas, interacciones sociales y tiempo de calidad en familia. No se trata de prohibir, sino de guiar un uso responsable y fomentar otras experiencias enriquecedoras para el desarrollo integral de los niños. Es esencial que los dispositivos electrónicos no sustituyan el tiempo de juego activo, la lectura y las relaciones personales en la vida de los niños.