En el corazón del estado de Puebla, México, ha surgido un santuario único que se erige como protector de la asombrosa diversidad de colibríes. El «Santuario del Colibrí», ubicado en la comunidad de San Francisco La Unión, ha sido creado con la misión de resguardar a estas aves de los peligros que amenazan su existencia.
Ángel Díaz, fundador de la Fundación Picnic Colibrí, regresó a México después de vivir como migrante en Estados Unidos. Inspirado por su conexión de toda la vida con las aves y su admiración por ellas desde la infancia, decidió invertir en este santuario como una forma de proteger a estas criaturas únicas.
Te puede interesar: Humanos, responsables de la extinción de 1,430 especies de aves: estudio
Prevenir la caza
Díaz explicó que el santuario desempeña un papel crucial en la prevención de la caza furtiva de colibríes, brindando un refugio seguro para las 27 variedades diferentes que frecuentan el lugar. Estas aves endémicas de América no solo son esenciales para el equilibrio ecológico, sino que también desempeñan un papel significativo en las creencias de los pueblos originarios de México, quienes los consideran animales espirituales.
«Al emigrar a otra tierra, a otro país, al haber caminado por el desierto tres veces con mi familia, con mis hijos, estar allá en otras tierras, con otras costumbres, otras tradiciones, empiezas a valorar a la gente, a tu familia, y ahora que regresamos también es una vida maravillosa el poder estar aquí en contacto con las aves y la naturaleza», expresó el activista.
Para crear un entorno propicio, Díaz ha instalado 30 bebederos y ha plantado flores que proporcionan néctar natural durante todas las estaciones. En la temporada de frío, se embarca en la tarea diaria de sembrar semillas de plantas de colores vistosos y tubulares, las favoritas de los colibríes, así como flores que resisten todos los cambios climáticos.
«Desde niño siempre me han encantado porque íbamos a juntar habas y chícharos y ahí los veíamos, sus colores son impresionantes, es algo maravilloso ver este tipo de aves y causa mucha impresión. Y al ver la cantidad de colibrís me nació el cultivar y el preservar la especie», relató Díaz.
El santuario
El santuario no solo es un refugio para estas aves, sino también un testimonio del compromiso de Díaz con la preservación de la biodiversidad y las tradiciones culturales. Con raíces en la cosmovisión indígena, el activista destaca la importancia espiritual de los colibríes, considerándolos portadores de buena suerte y mensajeros de las almas que han abandonado el plano terrenal según las creencias de algunas culturas mexicanas. En medio de los desafíos ambientales y sociales, el Santuario del Colibrí brilla como un faro de esperanza y conservación en el corazón de México.
