En un paso sin precedentes hacia la regulación global de la tecnología emergente, la Asamblea General de la ONU ha aprobado la primera resolución internacional destinada a regular la inteligencia artificial (IA). Esta resolución, impulsada por Estados Unidos y titulada “Aprovechar las oportunidades de una IA segura y confiable para un desarrollo sostenible”, se convierte en el primer esfuerzo coordinado a nivel mundial para establecer pautas en el desarrollo y uso de la IA.
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Después de intensas negociaciones que se extendieron por más de 40 horas, los 193 países miembros de la ONU llegaron a un consenso, subrayando la importancia de una visión compartida y la necesidad de un enfoque inclusivo que no deje a nadie atrás. La embajadora de EE.UU. ante Naciones Unidas, Linda Thomas-Greenfield, enfatizó el papel de la IA en cerrar las brechas digitales y en asegurar que todos los rincones del mundo puedan beneficiarse de las ventajas que ofrece esta tecnología.
Thomas-Greenfield también señaló la responsabilidad de las empresas privadas en la creación y despliegue de tecnologías de IA, subrayando la necesidad de una regulación que garantice el desarrollo seguro y confiable de estas herramientas. Este llamado a la acción resuena especialmente en un contexto donde la IA se ha convertido en un foco de atención global, impulsado en gran medida por el lanzamiento y la rápida adopción de plataformas como ChatGPT de OpenAI, así como por las iniciativas de gigantes tecnológicos como Google y Microsoft.
El consenso alcanzado en la ONU refleja un reconocimiento unánime de la urgencia y la relevancia de establecer marcos regulatorios para la IA, una tarea considerada crucial para asegurar que esta tecnología sirva al bienestar humano y al desarrollo sostenible. Esta resolución marca un hito importante, demostrando la capacidad de la comunidad internacional para unirse en torno a desafíos complejos y emergentes.
Además de establecer principios para la regulación de la IA, la resolución aborda el potencial de la tecnología para abordar problemas globales críticos, como la falta de acceso a servicios básicos en algunas regiones de África. La IA se ve como una herramienta clave para superar barreras históricas y facilitar el acceso a recursos esenciales como el agua potable.
Este avance no solo refleja el compromiso de las naciones con el desarrollo tecnológico responsable, sino que también establece un precedente para la cooperación internacional en la era de la digitalización. Con la adopción de esta resolución, el mundo da un paso adelante hacia un futuro donde la tecnología de IA se desarrolla y se utiliza de manera que beneficie a toda la humanidad, marcando el comienzo de una nueva era de gobernanza tecnológica global.
