Un portavoz del Gobierno iraní ha confirmado a la agencia Reuters que tanto el mandatario como su ministro de Exteriores han perecido en el siniestro. El presidente de Irán, Ebrahim Raisí, y su ministro de Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, han fallecido en un accidente de helicóptero en una zona montañosa y de difícil acceso cerca de Varzeqan, en el noroeste del país. La noticia se conoció a las 7:30 de la mañana, hora local, después de que la televisión estatal confirmara la ausencia de «signos de vida» en los restos de la aeronave siniestrada, en la que también viajaban otros destacados dirigentes de la República Islámica.
La agencia de noticias iraní Mehr confirmó posteriormente el deceso de «todos los pasajeros del helicóptero en el que viajaban el presidente y el ministro de Exteriores». Tras horas de un arduo operativo de búsqueda, dificultado por las condiciones meteorológicas de lluvia y niebla y el terreno boscoso, a primera hora del lunes la Media Luna Roja informó del hallazgo de los restos del helicóptero. Al anunciarlo a los medios estatales, el jefe de esa organización, Pir Hossein Kolivand, indicó que se dirigían al lugar del accidente y aseguró que la situación no era favorable. Más tarde, un miembro del Gobierno iraní, que habló bajo condición de anonimato, le dijo a la agencia Reuters que el helicóptero estaba «completamente calcinado». «Desgraciadamente, se teme que todos los pasajeros estén muertos», añadió.
El helicóptero en el que viajaba Raisí regresaba del noroeste de la provincia de Azerbaiyán Oriental, donde había participado el domingo por la mañana en la inauguración de dos presas junto con su homólogo azerbaiyano, Ilham Alíyev. En el momento del siniestro, la aeronave se dirigía hacia la ciudad de Tabriz, a unos 70 kilómetros de donde desapareció. Allí, Raisí tenía previsto inspeccionar las obras de mejora de una refinería.
Junto al presidente iraní viajaban el ministro de Asuntos Exteriores, el gobernador de Azerbaiyán Oriental, Malek Rahmati, y el ayatolá Mohammad Ali Ale-Hashem, representante del líder supremo iraní en esta provincia, según la agencia de noticias estatal Irna. Las imágenes y vídeos difundidos revelaron que el helicóptero era un Bell 212 de fabricación estadounidense, un vehículo de tamaño mediano con capacidad para un piloto y 14 pasajeros. No está claro cuántas personas acompañaban al presidente en total, incluyendo la tripulación y el posible personal de seguridad.
La aeronave siniestrada formaba parte de una comitiva presidencial de tres helicópteros. En los otros dos viajaban los ministros de Energía, Ali Akbar Mehrabian, y de Vivienda y Transporte, Mehrdad Bazrpash, quienes llegaron sanos y salvos a su destino.
Por el momento, no se ha informado de las causas del accidente. Tras conocer la noticia del siniestro, se puso en marcha una operación de búsqueda y rescate con el despliegue de hasta 40 equipos de salvamento de montaña, drones, perros, personal de las Fuerzas Armadas y de la Media Luna Roja iraní. El jefe del Estado Mayor, Mohammad Bagheri, ordenó la utilización de todos los recursos del ejército y de la Guardia Revolucionaria, y posteriormente se sumaron más efectivos enviados por Turquía e Irak. La Unión Europea activó, a petición de Irán, el sistema de mapas Copernicus, destinado a responder a emergencias, para ayudar a localizar el helicóptero.
Conforme pasaban las horas sin noticias del presidente, el líder supremo, Ali Jameneí, hizo un llamamiento a la calma y aseguró que no habría interrupciones en las funciones del país. «Esperamos que Dios Todopoderoso devuelva al respetado y estimado presidente y su séquito a los brazos de la nación», escribió en su cuenta de X. Durante toda la tarde y noche del domingo, miles de personas salieron a las calles de Irán para rezar por el presidente. La televisión estatal emitió imágenes de fieles orando en Mashad, la ciudad natal de Raisí.
Con información de Agencias