En los últimos años, se ha observado una creciente tendencia en redes sociales que invita a regalar flores amarillas cada 21 de marzo. Aunque popularmente se ha asociado esta práctica con la recordada canción de Floricienta, interpretada por la artista argentina en 2005, hay una razón más profunda detrás de esta tradición.
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El 21 de marzo marca el inicio del equinoccio de primavera en el hemisferio norte, un momento simbólico que señala el fin del invierno y el renacer de la naturaleza. Coincidiendo con esta fecha, el color amarillo se asocia con el sol y sus connotaciones de amor, esperanza, alegría y amistad, según menciona la Universidad Nacional Autónoma de México.
La canción de Floricienta, con su letra evocadora y su mensaje de amor y esperanza, ha contribuido a popularizar esta práctica de regalar flores amarillas en el equinoccio de primavera. Sin embargo, más allá de las flores amarillas, los usuarios en redes sociales señalan que no existen reglas estrictas para este gesto, pudiendo obsequiar también girasoles, rosas, orquídeas o tulipanes de dicho color, así como objetos que compartan esta tonalidad.
Para muchas florerías, esta fecha se ha convertido en una oportunidad de negocio, experimentando una alta demanda de pedidos relacionados con las flores amarillas, especialmente en el hemisferio norte donde se celebra el equinoccio de primavera.
Más allá de la nostalgia asociada con la canción de Floricienta, el regalar flores amarillas el 21 de marzo se ha convertido en una expresión de bienvenida a la primavera y un gesto cargado de significado simbólico que celebra la renovación y el florecimiento de la vid
