Después de una travesía de nueve días que cubrió aproximadamente 105 kilómetros, la caravana de miles de migrantes que partió de Tapachula, la frontera sur de México, ha llegado a su fin.
En el municipio de Mapastepec, estado de Chiapas, los migrantes se entregaron voluntariamente a los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) para iniciar un proceso migratorio en las instalaciones del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), ubicado a unos 50 kilómetros de Mapastepec.
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Previo a abordar los autobuses del INM, se extendió una invitación voluntaria a los migrantes, con prioridad para niños, madres, mujeres y personas vulnerables. A pesar de la resistencia inicial de algunos hombres que preferían seguir caminando hacia Pijijiapan, finalmente, muchos aceptaron la propuesta del INM para realizar el proceso y ser trasladados a la Ciudad de México.
Luis Rey García Villagrán, activista del Centro de Dignificación Humana (CDH), informó a los migrantes que el Gobierno de México comenzaría el proceso para una estancia regular en el país a partir del martes. Destacó las dificultades del próximo tramo hacia Pijijiapan y ofreció la opción de continuar el viaje de manera legal.
Hasta el momento, más de 600 migrantes han aceptado subirse a los autobuses, y las autoridades continúan organizando el traslado de las familias.
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La caravana, conocida como el «éxodo de la pobreza», se destacó como la más numerosa de 2023 y se movilizó por una parte del estado de Chiapas, registrando cifras históricas de personas que buscan entrar a Estados Unidos en la frontera con México.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. confirmó la llegada de más de 2.2 millones de migrantes de enero a noviembre del año pasado.
