A partir del 29 de marzo, la Ciudad de México da un paso significativo hacia el respeto y cuidado de los animales con la entrada en vigor de la nueva Ley de Protección y Bienestar de los Animales. Publicada en la Gaceta Oficial, esta legislación pone énfasis en diversos aspectos fundamentales para el bienestar de los animales, tales como la nutrición, el ambiente, la salud, el comportamiento y el estado mental.
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Una de las principales innovaciones de esta ley es el reconocimiento de los animales como «seres sintientes», un cambio de paradigma que refleja un compromiso con el trato ético y humano hacia los seres no humanos. Además, la ley establece que las mascotas ya no serán consideradas simplemente animales domésticos, sino que pasarán a ser reconocidas como animales de compañía. Asimismo, los términos «dueños» han sido sustituidos por «tutores responsables».
Para asegurar el cumplimiento de estas disposiciones, se implementa el Registro Único de Animales de Compañía, un proceso gratuito que debe llevarse a cabo a través de una plataforma tecnológica operada por la Agencia de Atención Animal. Este registro contendrá información tanto del animal como de su tutor, garantizando así su correcta identificación y el cumplimiento de la legislación en materia de protección de datos personales.
En cuanto a medidas de cuidado y prevención, la ley establece la eutanasia como último recurso en casos de extrema necesidad, tales como lesiones graves, enfermedades incurables o problemas conductuales que pongan en peligro la vida del animal o de otros. Esta práctica estará sujeta a un estricto protocolo médico-veterinario para asegurar que se realice de manera digna y sin dolor para el animal.
Por otro lado, la nueva legislación también contempla sanciones severas para aquellos que cometan actos de maltrato animal. Las multas pueden alcanzar hasta 150 veces la Unidad de Medida y Actualización (UMA) vigente, además de posibles medidas administrativas como arresto de 6 a 12 horas, dependiendo de la gravedad del delito y la jurisdicción en la que se cometa.
En caso de maltrato, las autoridades competentes podrán asegurar al animal y canalizarlo a centros especializados de Control Animal para su protección y cuidado.