El infectólogo Héctor Raúl Pérez advierte sobre el cambio en el patrón de la enfermedad del dengue en México, que tradicionalmente se asociaba con áreas tropicales y costeras. En el último año, se ha extendido a todo el país, incluso durante la época invernal, debido a la adaptabilidad de los mosquitos transmisores.
Factores como las altas temperaturas, lluvias constantes, huracanes y migración han influido en este cambio. Actualmente, los mosquitos Aedes Aegypti y Aedes Albopictus, transmisores del dengue, han modificado su dinámica y capacidad de supervivencia, incluso a mayores altitudes y temperaturas más bajas.
El dengue, que solía ser predominante en zonas rurales y tropicales, ahora también afecta a áreas urbanas. La población se enfrenta a la necesidad de adaptarse a este nuevo escenario y tomar medidas preventivas, ya que los criaderos de mosquitos pueden encontrarse en diferentes entornos, incluidas piletas, fuentes y albercas.
Para prevenir la propagación del dengue, se recomienda evitar el estancamiento del agua, contribuir con las autoridades sanitarias en la fumigación y tomar medidas para eliminar los criaderos de mosquitos. La población debe estar atenta a los síntomas del dengue, que incluyen dolor de articulaciones, cabeza y fiebre. En caso de sospecha, se aconseja buscar atención médica y evitar la automedicación.
Se destaca la importancia de diferenciar el dengue de otras infecciones, ya que durante la temporada invernal, los síntomas pueden confundirse con infecciones respiratorias. El dengue se diagnostica mediante una prueba de sangre, y existen dos tipos: clásico (no grave) y hemorrágico (con signos de alarma). La prevención incluye el uso de ropa que cubra el cuerpo, repelente de mosquitos y medidas para evitar la exposición a las picaduras.
Es fundamental que la población esté consciente de los cambios en el comportamiento del dengue y tome medidas para prevenir la enfermedad, especialmente en un contexto donde se ha vuelto más frecuente en áreas urbanas y durante la época invernal.
