Zacatecas, Jalisco y CDMX: el arranque de campañas como símbolo

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La mañana de ayer, en su Conferencia de la Verdad, Xóchitl Gálvez anunció que su arranque de campaña será en el municipio de Fresnillo, Zacatecas. Este municipio, de 143 mil 281 habitantes, encabeza desde 2020 la lista de los sitios con mayor percepción de inseguridad en el país. 

Fresnillo es gobernado por un morenista: Saúl Monreal Ávila; igual que al estado: David Monreal. Lo han liderado priistas y, de 1998 al 2010, el PRD. En menos de dos meses, en aquel municipio del norte del país, fueron asesinados dos integrantes de la familia Monreal Álvila (morenista); y a Zacatecas llegaron, a principios de febrero, 800 militares en busca de pacificar la entidad.

El municipio elegido no es un bastión panista y, sin embargo, será un punto simbólico desde el que Gálvez inicie un recorrido que, pasando por Aguascalientes, la hará llegar a Irapuato, en el estado de Guanajuato, donde finalmente se reunirá con miles de simpatizantes en territorio panista, donde la candidata ofrecerá un “mensaje de esperanza”, como dijo ayer, en mitin masivo. 

La elección del lugar para iniciar la campaña no es baladí: en el centro de las elecciones más grandes del país, las campañas iniciarán en territorio “seguro” para los candidatos, desde donde enviarán ya no mensajes “de esperanza”, sino de fuerza desde los niveles de popularidad (y afiliación) en distintas cabeceras nacionales. Es un recurso extradiegético: no están solos.

Pero la elección de lugar es también parte de la enunciación del programa electoral de cada candidato: Gálvez hablará de violencia; Sheinbaum, de memoria y futuro; Álvarez Máynez, de restauración.

Claudia Sheinbaum eligió la capital del país, donde todo comenzó: no solo su historia, sino la de Morena. Una Ciudad de México que ayer reveló tener un 56% de preferencia respecto a la candidata guinda, Clara Brugada. Sheinbaum, Exjefa de Gobierno de la CDMX, no le teme a la plancha del Zócalo. Contra todo pronóstico, la morenista saldrá cobijada por la plana mayor de un partido que, hasta ahora, logró mantenerse unido a pesar de fricciones internas convocadas por los tintes autoritarios que han expuesto las secuelas de una historia tan propia, como colectiva.

Por su parte, Jorge Álvarez Máynez y el “Movimiento naranja” buscarán lugares emblemáticos y que ofrezcan gran concentración de militantes y simpatizantes. El candidato emecista va respaldado no solo por un partido, sino por la icónica pareja regiomontana clave en la popularidad de una marca política, especialmente entre nichos jóvenes: Samuel García y Mariana Rodríguez, los “fosfo-fosfo”. 

Álvarez Máynez comenzará en Jalisco, gobernado por un emecista (o casi); para el sábado planea estar en Sonora y, se sospecha, la caravana podría pasar por Magdalena de Kino, tierra natal de Luis Donaldo Colosio, cuyo hijo, Luis Donaldo Colosio Riojas, fue alcalde de Monterrey y hoy se postula como Senador abanderado por el partido naranja.

Las campañas políticas son un terreno para la disputa de ideas; pero son, también, una ventana que revela de qué está hecho el mensaje, y qué quiere transmitir.

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