A semanas de que comenzaron las campañas políticas electorales de 2024, se estima que este proceso producirá alrededor de 50 a 60 mil toneladas de basura electoral. Esto representa un aumento del 25 por ciento en comparación a las elecciones del 2018.
Campañas políticas un largo periodo de gastos excesivos
La mayoría de esta basura se compone de propaganda electoral, como espectaculares, bardas, vallas, lonas y papelería. Esta propaganda se suele colocar en espacios públicos, lo que genera contaminación visual y auditiva.
Además, la basura electoral puede representar un riesgo para la salud pública. Los materiales de los que está hecha, como el plástico, el papel y el cartón, pueden tardar cientos de años en degradarse. Esto puede provocar la acumulación de residuos en los vertederos, lo que puede generar focos de infección.
Olvidan retiro de publicidad
Los partidos políticos y candidatos a cargos populares son responsables de la contaminación que genera la basura electoral. Sin embargo, en la mayoría de los casos, no se responsabilizan por su retiro.
Ante esta situación, la Fundación por el Rescate y Recuperación del Paisaje Urbano (FRRPU) hizo un llamado a los candidatos y partidos políticos a que adquieran espacios publicitarios legales y se responsabilicen sobre la contaminación que causa la basura electoral.
También exhortó a las autoridades locales a verificar el aumento de anuncios electorales, y a sancionar a los partidos políticos y candidatos que coloquen propaganda en espacios ilegales.
La basura electoral es un problema grave que afecta al medio ambiente y a la salud pública. Es importante que los candidatos y partidos políticos, así como las autoridades locales y los ciudadanos, tomen medidas para reducir la cantidad de basura electoral que se genera.
Por: Patricio Álvarez