Prisca Awiti sorprende al mundo y gana una medalla de plata que vale más que muchas de oro.
La gloria llegó la tarde de un martes en un París muy caluroso, con millones de visitantes circulando por sus calles que son de todos.
Nadie esperaba esta medalla, más que la misma medallista, primera afromexicana en ganar una medalla olímpica. Una medalla de plata en un deporte poco difundido y conocido en nuestro país, el judo. Es además la primera en la historia para México en ese deporte.
Prisca participó en la categoría de 63 kilogramos y en su último combate contra la eslovaca Andreja Leski, fue sometida y vencida por un apretado marcador en punto de oro.
La medalla 75 llegó ante la mirada de un país que un día ama el surf, otro día sueña con el tiro con arco y se hace experto en deportes que prácticamente ni conocía.
Los 4 combates previos a la final fueron calentando el ambiente mientras las redes explotaban con cada triunfo, el chiste es que al final de la tarde en París y la mañana de México, todo el mundo ya había indagado quien era esta mujer, donde había nacido, quienes eran sus padres y por qué no se había escuchado mucho de ella.
Vanessa Zamboti es quizá el mejor referente que tenemos sobre el judo mexicano, y lo es por sus varias participaciones centroamericanas, panamericanas y olímpicas. Ella conocía y sabía quien es Prisca, así nos lo hizo saber con un sentimiento poco usual en alguien que narra o describe acciones en televisión, pero con la viveza de quien siente en el alma la emoción de lo que está viviendo. Gracias Vanessa por hacernos sentir y vibrar, por decirnos quién es y por enseñarnos un poco de ese maravilloso deporte donde se debe aprovechar la fuerza del oponente para sacar ventaja.
Prisca Guadalupe Awiti nació hace 28 años en Londres, de padre keniano y madre mexicana, ama y vive en Guanajuato, le gustaba la gimnasia pero se decidió por el judo por influencia de sus hermanos. Compitió en los olímpicos de Tokio y se colocó en el lugar 17, es medalla de bronce panamericana en 2023 y ese mismo año logra el mismo metal en el campeonato mundial.
La medalla de plata que logra en París tiene mucho valor, su peso en oro, su pase a la inmortalidad en el deporte mexicano, la reivindicación de muchos judocas nacionales que con muy poco apoyo han logrado mucho, y sobre todo la visibilidad de un deporte que puede hacer campeones de la vida.