México en el piso de PISA

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En ocasión del reporte del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) que presentó la OCDE a mediados de esta semana, el presidente López Obrador ha dicho una de las peores sandeces que ha pronunciado en su gestión, y vaya que eso es mucho decir. Espetó, que la prueba “no se debe tomar en cuenta porque fue creada por el neoliberalismo”.

Lo cierto es que la prueba PISA mide la capacidad de las y los estudiantes en matemáticas, ciencias y lecto-escritura, y para ello poco o nada importa si eres neoliberal o populista, y cuándo se haya diseñado la prueba. Sus resultados informan si los chamacos saben sumar o no, si saben leer o no, o si saben ciencias o no, punto. Y estas son capacidades elementales para salir adelante en la vida, sea en un mundo neoliberal o socialista, o lo que sea.

Pero claro, el gobierno tiene que desacreditar PISA, porque le pisa los callos, al revelar que México a regresado a niveles no vistos en los últimos 20 años.

En general, México mostró un desempeño mucho más bajo que la media de 81 países evaluados. En matemáticas, nos ubicamos en el lugar 51 de esa lista, con 395 puntos, es decir, con 14 puntos menos que en 2018 en que obtuvimos 409. En ciencias bajamos de 419 puntos en 2018 a 410 puntos en 2022, mientras que en lectura perdimos 4 puntos al bajar de 420 a 415 puntos en los últimos cinco años.

Ante esto, los medios le preguntaron a Claudia Sheinbaum su opinión, y haciendo uso de medias verdades, respondió con una engañifa. Afirmó que lo que no se había dicho es que todos los países habían bajado sus puntuaciones en virtud de los efectos de la pandemia.

Es una media-verdad porque en efecto la pandemia impactó en los sistemas educativos de todo el mundo, pero es falso, porque ni todos redujeron sus puntuaciones, ni todos los que las bajaron, bajaron tanto como México.

Para evidenciar lo anterior basta enfocarse en los resultados de los países del continente americano, digo, para no ponernos a las patadas con Singapur, Japón o Corea, o con Dinamarca, Finlandia o Noruega. Veamos:

En nuestro continente, en comprensión de lectura, hubo seis países que subieron sus puntuaciones: Panamá (+15), República Dominicana (+10), Perú (+8), Guatemala (+5), Uruguay (+3) y Paraguay (+3), lo que revela que no es verdad que “todos los países del mundo” hayan reducido sus niveles por la pandemia, hay muchos que los incrementaron. Pero por otra parte, entre los países a los que peor les fue en la prueba, México es de los que se va al piso de la pisa; en tanto que Estados Unidos y Argentina perdieron 1 punto, Brasil 3, Chile 4 y Colombia 4, México perdió 5 puntos, solo por debajo de Costa Rica (-11) y de Canadá (-13).

En matemáticas no fue muy diferente, países como República Dominicana, Paraguay, Guatemala y Panamá, mejoraron sus puntuaciones en 14, 11, 10 y 4 puntos respectivamente, mientras que los que perdieron puntaje son Argentina (-2), Brasil (-5), Chile (-6), Colombia (-8), Perú (-9), Uruguay (-9), Estados Unidos (-13), y nuestro querido México de nuevo en la lona perdiendo 14 puntos, solo antes de Canadá (-15) y Costa Rica (-18).

Y en ciencias, fueron muchos los que mejoraron, República Dominicana (+25), Panamá (+23), Uruguay (+10), Paraguay (+10), Guatemala (+8), Perú (+4), y Argentina (+2), quedando Chile en el mismo sitio (0). Pero entre los que perdieron, nuestro país es el que perdió más que nadie: Brasil (-1), Colombia (-2), Estados Unidos (-3), Canadá (-3), Costa Rica (-5), y México (-9).

En resumen, si ponderamos los resultados de los tres módulos de PISA, varios países de la región tienen mucho qué presumir, República Dominicana sobre todo, que incrementa su puntuación general en 49 puntos, luego Panamá con 42, Paraguay con 24 y Guatemala con 23, en cambio otros solo pueden avergonzarse, como México que perdiendo 28 puntos queda entre los tres peores.

Como sea, lo cierto es que México presenta un retraso de hasta 10 ciclos escolares frente a los países mejor evaluados. Un niño de 8 años de Singapur, por ejemplo, sabe tanto como uno de 18 de México. Por donde se vea, es un desastre; y cómo no habría de serlo, después de haber devuelto el control del sistema educativo a la mafia sindical; y lo peor es que seguiremos retrocediendo al haber reducido la enseñanza de las matemáticas y de las ciencias en los libros de texto. En definitiva, la cuarta transformación sólo sabe retroceder.

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