La Leagues Cup 2025, programada para los meses de julio y agosto, es un torneo que nació con buenas intenciones, pero que en la práctica deja mucho que desear.

Hoy en la segunda entrega de «No des Click» vamos a hablar del gran negocio que representa la Leagues Cup para las empresas y los patrocinadores que están implicados en este torneo que se lleva a cabo al mismo tiempo que la Liga MX y la MLS se juegan, o será ¿qué aparte de negocio es un buen aliciente para mejorar el nivel de los equipos mexicanos?
La idea de ver a equipos de la Liga MX y la MLS enfrentarse suena interesante sobre el papel. Al fin y al cabo, México y Estados Unidos son las dos grandes potencias futbolísticas de la región, y el cruce de sus clubes podría ofrecer duelos atractivos. Sin embargo, lo que termina ocurriendo es muy distinto.
A diferencia de las ligas locales, donde hay historia, pasión y una conexión clara con la afición, la Leagues Cup todavía no logra generar ese vínculo. No tiene tradición ni una identidad clara. Los partidos, aunque a veces entretenidos, suelen sentirse forzados, como si se jugaran más por cumplir un compromiso que por verdadera competencia. En comparación con torneos como la Liga de Campeones de la Concacaf (Concachampions), este evento no alcanza ni el mismo nivel de intensidad ni el interés de la gente.
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— El Rod ☀️🚂⚽ (@Rod_lopez) July 27, 2025
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El problema va más allá del nivel de juego. El calendario ya está saturado y meter otro torneo en medio del verano solo cansa más a los jugadores. Esto afecta el rendimiento y hasta le quita atención a las temporadas regulares de la Liga MX y la MLS, que son las que de verdad importan para los aficionados. Además, en la edición de 2024 ya vimos cómo algunos equipos no se lo tomaron en serio, mandando alineaciones alternas o jugando sin mucha motivación. ¿Cómo se va a enganchar el público si ni siquiera los clubes le dan el valor necesario?
Otro punto cuestionable es la logística. La mayoría de los partidos se juegan en Estados Unidos, lo que beneficia más a los clubes de la MLS y deja a los mexicanos en desventaja. Eso también genera dudas sobre la neutralidad del torneo. Si se busca una competencia pareja, ¿por qué no se reparten las sedes de manera más equitativa?
Sinceramente, si el objetivo es hacer crecer el fútbol en la región, este no parece el camino correcto. Más que una apuesta deportiva, la Leagues Cup se siente como un producto comercial pensado para llenar estadios y vender derechos de transmisión. Eso no tiene nada de malo, siempre y cuando no se sacrifique la calidad y el sentido de competencia.
Tal como está, la Leagues Cup necesita una revisión profunda. O se replantea con un formato más equilibrado y un propósito más claro, o de plano se cancela. Seguir forzando un torneo que ni jugadores ni aficionados terminan de aceptar solo desgasta a todos los involucrados. El fútbol de la región merece algo mejor.
