El miércoles, Morena y sus aliados consumaron un atraco en el Congreso de la Unión; aprobaron reformas a varias leyes, a través de las cuales crean un Fondo de Pensiones del Bienestar, que será financiado principalmente “tomando” los ahorros que tengan en sus Afores y en el Infonavit las personas que cumplan 70 años de edad (o 75 en el caso de personas servidoras públicas).
Alegan que solo tomarán el dinero de cuentas individuales que no se hayan reclamado, y que esto ya ha ocurrido antes, pero lo cierto es que, si bien durante el gobierno de Fox se echó mano de cuentas inactivas para financiar en parte la creación del Seguro Popular y de Financiera Rural, se hizo solamente respecto de cuentas de personas no identificables, para lo cual se realizó una búsqueda exhaustiva. Se trataba pues, de cuentas abandonadas. Luego se fijó una regla, vigente hoy día, que establece que si a los 10 años de ser reclamables, los recursos de una cuenta siguen sin ser reclamados, pueden ser utilizados por el IMSS, por el ISSSTE o por el Infonavit, según corresponda, hasta en tanto aparezca su beneficiario. Lo aprobado por Morena es algo muy distinto, es un robo vil y descarado porque se trata de saquear las cuentas individuales propiedad privada de personas plenamente identificables. Para quitarles ese dinero a sus legítimos dueños y transferirlo al Fondo de Pensiones del Bienestar, solamente se requiere que estas personas cumplan la edad señalada sin haberse pensionado.
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Que una persona mantenga sus recursos en su cuenta de Afore teniendo 70 años de edad no significa que los haya abandonado o que no sea identificable, podría tener esos recursos ahí por diversas razones, por ejemplo, porque quiere seguir gozando de los buenos rendimientos que generan las Afores, o por que espera cotizar más semanas en el futuro para mejorar el monto de su pensión, pero de ninguna manera significa que se ha desentendido de su patrimonio, al contrario.
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También está el caso, por ejemplo, de personas que no han tramitado su pensión porque se trata de migrantes que temen no poder regresar a los Estados Unidos si vienen a hacer tal gestión. Pocas cosas más ingratas le podríamos hacer a estas personas que aprovecharnos de esa situación para quedarnos con su dinero; un dinero que ahorraron a lo largo de toda una vida laboral, justo para vivir una vejez más tranquila financieramente hablando.
También dicen que el derecho de reclamar esos recursos es imprescriptible, y que, por lo tanto, en cualquier momento se podrá pedir la devolución del dinero. Muy bien, pero ya podemos imaginarnos las complicaciones que implicará ese trámite, máxime cuando en la ley no se ha definido procedimiento alguno al respecto. No quiero ni pensar la odisea que le harán pasar a las y los viejitos tocando puertas de aquí para allá, implorando por la devolución de su dinero precisamente cuando más lo necesitan.
También se dice que el Fondo se complementará con fuentes tales como el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado; las utilidades del Tren Maya, del AIFA y de Mexicana de Aviación, ajá, tres empresas del Ejército que solo arrojarán pérdidas por décadas, si no es que por siempre; y la venta de terrenos del ISSSTE y la liquidación de Financiera Rural, o sea que utilizarán ingresos no recurrentes, para financiar gasto recurrente (como diría Meade, ¡son unos genios!), lo cierto es que muy pronto el gobierno tendrá que distraer recursos de educación, salud y seguridad para seguir financiando este Fondo.
También dicen que solo se tomarán cuentas inactivas, pero no se dice a partir de qué momento se considerará que una cuenta está inactiva, serán las reglas de Hacienda las que fijen ese plazo. Imaginemos que lo fijen en 15 días, de tal manera que si una persona de 70 años que seguía trabajando, deja de hacerlo por 15 días, ¡matanga dijo la changa!
Que el Fondo sea para garantizar una pensión mínima de 16,777 pesos también es falso, la reforma solo dice que eso se “procurará” en función de los recursos disponibles en el Fondo. O sea que al final el Fondo será un mecanismo clientelar más que con total opacidad dará apoyos de diferente monto a las distintas personas según convenga políticamente.
Lo cierto es que el agandalle perpetrado no tiene nombre. Bueno en realidad sí lo tiene: se llama Fondo de Pensiones para el Bienestar, pero debería denominarse Instituto para Robar al Pueblo lo Ahorrado
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