Samuel García quiere regresar a la gubernatura de Nuevo León, del nuevo Nuevo León. La
aventura presidencial ha durado quince días. En este lapso, según Samuel y Mariana,
Movimiento Ciudadano se había situado en segundo lugar de las preferencias electorales
desplazando al tercero al Frente Fuerza y Corazón por México.
En su opinión, una irrupción espectacular que habría amenazado incluso a Morena con ganar las elecciones de 2024. Sin embargo, nada esto parece que haya sido real. Ni MC pudo rebasar a la alianza PAN-PRI-
PRD, ni siquiera tuvo la posibilidad de situar a MC como opción atractiva para el electorado.
Samuel es el adolescente habitual de treintaicinco años que hipertrofia la realidad para ajustarla
a sus deseos. Se da una importancia que no tiene, se cree más listo de lo que es, se considera
mejor político de lo que corroboran sus patéticas actuaciones. La falta de talento y experiencia
explica el desastre que Samuel García sufrió entre el 1 y el 2 de diciembre.
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No fue una falla del equipo del exgobernador, fue un grave error del exgobernador debido a su querencia por
ejercer el poder de manera arbitraria e impune. Pasada la medianoche del primero de
diciembre, el gobernador interino, Enrique Orozco, tomó posesión del cargo, avalado por un
fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que daba fin al pleito de los gobernadores
sustitutos.
Antes de que el gobernador interino se retirara se presentó el Secretario General del
gobierno de Nuevo León para pegar en paredes y muros, puertas y ventanas del recinto un
acuerdo por el que Samuel García reasumía el gobierno del Estado. El acuerdo, además, se
había publicado en el boletín oficial del Estado con fecha del primero de diciembre. García
Sepúlveda no puede constitucionalmente regresar al cargo puesto que pidió una licencia de seis
meses para competir en las elecciones presidenciales. Para asumir el puesto debe solicitar de
nuevo permiso al congreso estatal para que revoquen la licencia.
PAN y PRI jugaron una partida de cartas que ganan por la mano dejando hacer a Samuel García que se ha entrampado solito. La actual tesitura exhibe a una oposición que está donde siempre ha querido estar desde
que aparecieron las primeras diferencias con el gobernador quien se dedicó a perseguir a
diputados locales y a sus familias. Muestra a Samuel García desubicado, desarbolado para
retener el nombramiento de gobernador de momento por seis meses. Pero también expone
una reacción visceral de García Sepúlveda cuando advirtió que la persona que había designado
para sucederle había sido desautorizada por la SCJN.
Todo indica que Samuel García tiene mucho que esconder del ejercicio de gobierno.
No hay duda de que el Gobernador interino esculcará a conciencia estos dos años, empezando
por varios delitos presuntamente cometidos en estas jornadas. No es improbable que Samuel
no regrese ya más a la gubernatura de Nuevo León ni del nuevo Nuevo León. No es
descartable que haya enterrado su carrera política. La oposición se dedicó a provocar. El
temperamento de Samuel hizo el resto. Colosio avisó con sentido común: “no es todavía la
hora de nuestra generación”. Parece que ya no será nunca la hora para Samuel García.