El “bello gesto” de Laurent Tailhade y el terror

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El poeta Laurent Tailhade (1854-1919), llamado “Lorenzo el Magnífico” debido al epíteto
atribuido a Charles Maurras, se significó a finales del siglo XIX por su devoción hacia el
anarquismo militante asiduo de las pistolas y las bombas. Los ingredientes seleccionados en la
cocina de su poesía explican la afinidad hacia el ideario según consigna Enrique Gómez
Carrillo: “Los críticos modernos le consideran como un pagano místico, porque creen ver en
sus obras algo de carnal y algo de evangélico, algo de perverso y algo de ingenio, algo, en fin,
que es al mismo tiempo espasmo diabólico, ruego infantil, bendición cristiana y caricia
libertina”. Reúne aspectos decadentistas vinculados con Joris-Karl Huysmans. La poética de
Tailhade participa de elementos de Baudelaire, Verlaine, Vigny, Leconte de Lisle. Destaca algo
más decisivo que afirma su temperamento: “Ese algo es la inquietud individual, el amor de sí
mismo y la adoración del propio ‘yo’. Como egotista, en efecto, nadie le gana a Tailhade”. En
la obra del francés se aprecian los títulos Au pays du mufle y Poémes élégiaques. Vitraux,
ambos de 1891. Rubén Darío indicó su afición a los toros: “en vano he visto, no sin poco asombro,
el entusiasmo tauromáquico parisién de Laurent Tailhade, que conoce sus clásicos, y que me
hablaba en un café de Montmartre, hace ya algunos años, de lances, de Montes, de volapié y de
descabello, delante de Gómez Carrillo, que sonreía de mi estupefacción”.

Por medio de Tailhade, Darío asistió de primera mano al anarquismo parisino ya en
declive en 1900: “Laurent Tailhade, el del ‘bello gesto’, a quien debo muchas atenciones, tuvo
la amabilidad, el otro día, de invitarme a una fiesta anarquista”. Aludía con el “bello gesto” a la
fórmula empleada por Tailhade en referencia a la bomba que Auguste Vaillant había lanzado
en la Cámara de Diputados de París el 9 de diciembre de 1893: “Qu’importe la victime si le
geste est beau”. El atentado se inscribe en una serie de acciones en que resalta el perpetrado
por el hispano-francés Émile Henry contra el Cafe del Hôtel Terminus en la Gare Saint-
Lazare, en noviembre 8 de 1894, al que habían precedido el explosivo destinado a la compañía
minera Carmaux, que por error estalló en la delegación de policía de la rue des Bons-Enfants, el
8 de noviembre de 1892; el ejecutado por Amédée Pauwels contra la iglesia de la Madelaine el
15 de marzo de 1894; “l’attentat d’Aniche” en agosto 4 de 1895, delante de la iglesia de
Auberchicourt. Tailhade resultó herido de gravedad perdiendo un ojo, a causa de la explosión
que tuvo lugar en el Foyot el 4 de abril de 1894. En el momento del estallido, estaba
acompañado por Lia Mialhe, conocida como Madame Roux o Violette, su pareja sentimental.

Se recurre a una comparación frecuente entre las bombas y las obras de arte en ese
periodo. Joseph Conrad escribió el relato “An Anarchist”, publicado en Harper’s Magazine de
manera sucesiva en 1906, integrado dos años más tarde en el volumen A Set of Six. Rubén
Darío califica a Tailhade de “elegante blasfemo”. El anarquismo dotó a la violencia política de
una belleza cautivadora. Quizás los artistas advirtieron en el terrorismo un acto radical de
libertad estética inaccesible para el arte, pero viable para el artista. Disparar un revólver o
arrojar un explosivo se transformó en el “bello gesto”, subrayando la belleza de la muerte
violenta y de la destrucción.

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