Editorial. Santiago Taboada, PAN y Frente Amplio

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Las aguas bajan turbias y encrespadas dentro del Frente Amplio. Era previsible que roces y tiranteces se hicieran presentes, era fácil adivinar que la aparente calma sólo esconde división y enfrentamiento.

Ni Marko Cortés ni Alito Moreno están dispuestos a ceder, aunque al parecer había un acuerdo previo y pactado desde la elección del Estado de México. A todas luces el interés general no es prioridad y si el particular.

El nombramiento de Santiago Taboada como candidato del PAN a la jefatura de la Ciudad de México ha detonado una crisis dentro del Frente Amplio. El PRI no apoya esta candidatura y lanza su propia campaña para colocar a Adrián Ruvalcava, quien desde Cuajimalpa pretende ser el abanderado a la Jefatura de Gobierno de la CDMX. Por su parte Acción Nacional decidió presentarse en solitario para competir por la gubernatura en Morelos, y deja la posibilidad de llevar en sus filas a la morenista Lucy Meza quien saltó entre filas para caer en lo que se supone sería una alianza ganadora, hoy esta solo con el PRI y el PRD.

Querétaro, Guanajuato, Yucatán, Chihuahua y Aguascalientes, al parecer también tendrán candidaturas en solitario por los azules. Estas decisiones impiden que el PRI se haga con diputados y senadores con que contaba al aceptar la alianza. En 2021 el PAN en Ciudad de México obtuvo un millón treinta y cinco mil votos, mientras que el PRI, quinientos ochenta y dos mil. Es decir, el 26.3 % frente al 14.8%. Todo indica que Taboada ganaría en las encuestas para decidir candidato a la capital, en lo no que debiera haber mayor problema. En realidad, el conflicto reside en los intereses de algunos actores en el PRI y el PAN.

            Los reparos del PRI hacia Taboada y el PAN, residen en que esa candidatura, en caso de ganarla, confirmaría la superioridad del PAN y pondría en evidencia la aparente fragilidad de un PRI que cada día enfrente mayores complicaciones y deserciones. El otrora partido todo poderoso ve su evolución en retroceso y nota el desgajamiento de sus hoy pocos liderazgos.

Alito Moreno, con aspiraciones a un escaño de senador, por su parte, elucubra con una bancada priísta amplia en la cámara alta para planear desde ahí las elecciones de 2030 y las gubernaturas que se van dando en el camino.

            Lo que preocupa ahora, a todas luces, es que la estrategia para las elecciones de 2024 no considera la opción de que Xóchitl Gálvez pueda ganar la presidencia.

Tanto PAN como PRI y lo poco que aporta el PRD, enfocan todo a ubicar diferentes piezas en el Congreso Federal y Senado de la República, a fin de que en 2030 sea algo más halagüeño que el actual panorama.

Lo que si no se entiende es que la lucha por el posible y lejano poder. Ninguno de los partidos que conforman el Frente Amplio y sus aspirantes, no garantizan el triunfo; apenas y podrían ser competitivos a la luz de los retratos de las últimas semanas, entendiendo que todo puede cambiar y que el PAN se juega el todo por el todo en la Ciudad de México, que no en la presidencia de la Republica.

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