Para Vicente Fox las elecciones de 2024 se antojan algo más que la decisión de los ciudadanos sobre quién será el próximo o la próxima presidenta de México. Hay algo personal que desborda sus pasiones por encima de la elección misma. Sus mensajes en X así lo sugieren y sus declaraciones lo confirman.
La última polémica no es menor por los asuntos que despliega. En muchos casos las redes sociales se han convertido en un vertedero en que insultos, vejaciones y descalificaciones están a la orden día, no es impedimento para denunciarlo sobre todo cuando provienen de un expresidente de México.
Fox parece no entender que fue el máximo mandatario de este país y que debería ser cuidadoso con los mensajes que envía en todos sentidos y escenarios, lo que Fox diga, tendrá repercusión, no necesariamente credibilidad, pero si amplia expansión.
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Hace unos días el expresidente acusó a Mariana Rodríguez, esposa de Samuel García precandidato de Movimiento Ciudadano a la presidencia, de ser “dama de compañía”. El agravio no es menor. Completamente fuera de lugar, habla muy mal de Fox y parece que lo retrata de pies a cabeza.
Poco después, Mariana Rodríguez contestó con otro mensaje en X en que pedía que se le reconociera como mujer preparada, madre de familia, etc. También reaccionaron varios personajes relevantes, la misma candidata presidencial de la oposición, Xóchilt Gálvez reprobó el comentario. Impecables respuestas que exhibieron todavía más la torpeza de Fox. Previsiblemente, Movimiento Ciudadano denunció ante el Instituto Nacional Electoral a Vicente Fox.
El proceder de Mariana Rodríguez fue impecable hasta este punto. Lo que viene a continuación es más delicado. La libertad de expresión es derecho fundamental de cualquier democracia. Cualquier censura a este derecho implica la liquidación del Estado de Derecho. El respeto a la ley nos hace iguales y regula la libertad.
Samuel García avanzo y dejo ver que su “compadre” dueño de la cuenta de X, Elon Musk, había hecho lo correcto y bajado la cuenta de Fox. Mariana Rodríguez envío un mensaje en que aparecía con Elon Musk, después de que Fox denunciara que su cuenta de X había desaparecido. Podría ser que se quería dar a entender que la amistad de la pareja con el fundador de Tesla había causado la censura de la cuenta de Fox en esa red social.
Musk se equivoca al suprimir la cuenta de Fox puesto que los usuarios advierten que X está regido por la arbitrariedad y el capricho en que la libertad de expresión no merece consideración. Pero también se equivoca quienes muestran un talante autoritario e intolerante que quizás es la verdadera cara de Samuel García. Sorprende que se deje creer que recurrieron al tráfico de influencias para limitar la libertad de expresión de Vicente Fox.
Desde luego, hay que reprobar el mensaje de Vicente Fox en contra de Mariana Rodríguez, de eso no tengo duda, es altamente reprobable. Pero también hay que denunciar la maniobra para que le retiraran la cuenta de X a Vicente Fox.
La ley es la que preserva la igualdad de los ciudadanos. Fuera de la ley, se agravan las diferencias. La libertad de expresión es un derecho irrenunciable y nada justifica que sea violado. Más inquietante parece la sospecha de que los García-Rodríguez se mueven en territorios en que los derechos se pueden violar a conveniencia.