Babeuf y la Conspiración de los Iguales

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La historia guarda en su memoria episodios en apariencia apenas significativos que tiempo después de sucedidos se recuperan como precedentes de otros posteriores. Si en su momento no es fácil dotarlos de significado ajustado a su importancia, los hechos posteriores que los rehabilitan alumbran su presunta relevancia. Paradójicamente no fueron apreciados en su presente, pero la historia les concedió preeminencia para la historia aunque no lo fueran para su presente. La historia no es exclusivo recuento de episodios sino ante todo construcción de sentido que asocia unos con otros sin que necesariamente se registren los más decisivos en su actualidad pero sí los más decisivos para la historia. Labor selectiva de acontecimientos al servicio de un discurso que no consigna en rigor el pasado como sucedió sino como pudo haber sucedido en contra del criterio aristotélico. Para este discurso llamado historia aunque no sea la Historia, es determinante la palabra cuya naturaleza metafórica aleja la escritura más o menos de la realidad. Esa distancia genera espacios de sentido susceptibles de interpretarse a la luz de acontecimientos posteriores aun cuando esa vinculación sea resultado del interés y no de una causalidad natural.

La Conjuración de los Iguales de Gracchus Babeuf (1760-1797), conspiración tramada por un grupo de jacobinos en contra del Directorio francés, ilustra el embarazo. Sostenía que la igualdad sólo podía obtenerse suprimida la propiedad privada y que la sociedad debía repartir la riqueza de manera equitativa entre los ciudadanos. Reivindicaba que ningún individuo ni conjunto de individuos tuvieran más autoridad y bienes materiales que los demás. La tesis invitaba a considerar un primitivo anarquismo como organización social y política preferente. Sin embargo, Karl Marx la adoptó como origen de la idea comunista, Trotsky consideró a Babeuf fundador del movimiento comunista y Furet, el primer comunista revolucionario. La irrupción de Gracchus en el escenario político se produce mediante Le Tribun du Peuple, periódico opositor al conformismo generado por la facción burguesa termidoriana que amenazaba con abolir las conquistas de la Revolución. Desde esas páginas promovía “una guerra abierta entre patricios y campesinos, entre ricos y pobres”. Sus proclamas rearmaron y cohesionaron a jacobinos y sans cullotes desmovilizados. La Conspiración de los Iguales se desarrolló entre marzo y abril de 1796 con objeto de derribar al Directorio. La nómina de conspiradores se limita a Babeuf, Buonarroti, Maréchal, Darthé, Pierre-Antoine Antonelle, Felix Lepeletier y Georges Grisel. El 10 de mayo es arrestado Babuef por orden de Lazare Carnot, integrante del Directorio. Encarcelado en la Torre del Templo, fue guillotinado el 27 de mayo de 1797. Buonarroti publicó en 1828 Historia de Buonarroti sobre la conspiración de Babeuf por la igualdad cuyo éxito contribuyó a rescatar el episodio de la conjura. Premonitoriamente Maréchal en su Manifiesto de los Iguales había registrado: “la Revolución francesa es solo la precursora de otra revolución, mucho más grande, mucho más solemne, que será la última”.

Los conjurados extremaron y publicitaron los ideales de la Revolución Francesa. Al adoptar a Babeuf como antecedente, Marx legitimaba el comunismo asociándolo con el origen revolucionario cuyo prestigio podía suavizar críticas, desaires y descalificaciones. Se antoja estrategia de posicionamiento antes que certeza de familiaridad. La Conspiración de los Iguales estrictamente no era precedente del pensamiento marxista, sino consecuencia de los postulados de la Revolución. En ocasiones, la historia parece legitimarse en la historia al margen de la Historia.

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