Un elemento que no puede faltar en esta época es el árbol de Navidad; sin embargo, pocos conocen el verdadero origen y significado de esta tradición. Este símbolo de fertilidad y regeneración tiene sus raíces en Alemania y se encuentra íntimamente ligado a la fe cristiana, siendo adoptado en México alrededor del siglo XIX y convirtiéndose en una tendencia decorativa de gran relevancia.
Símbolo de fertilidad
Desde tiempos ancestrales, los árboles han sido considerados como un símbolo de fertilidad y regeneración. No obstante, el árbol navideño como lo conocemos hoy en día tiene sus inicios en el siglo VIII en Alemania. Fue en esa época cuando Bonifacio taló un roble dedicado a Thor en la región de Hesse. Tras leer el Evangelio, decidió ofrecer un abeto, un árbol de paz que simbolizaba la vida eterna, adornándolo con manzanas y velas.
A partir de entonces, la tradición de talar abetos durante la Navidad para decorar las casas se extendió. Sin embargo, las ciudades de Tallin en Estonia y Riga en Letonia reclaman el mérito del primer encendido del árbol navideño alrededor de 1510, en medio de sus plazas respectivas.
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La tradición del árbol de Navidad llegó a Finlandia en 1800 y a Inglaterra en 1829, expandiéndose posteriormente al resto de Europa. Con el tiempo, las manzanas y velas evolucionaron hacia adornos y luces, asociándose además con los regalos de Papá Noel o Santa Claus para los niños.
De acuerdo con la tradición cristiana, el árbol de Navidad representa el Paraíso, el lugar donde Adán y Eva comieron los frutos que dieron origen al pecado original. También sirve como recordatorio de que Jesús vino a la Tierra para lograr la reconciliación. La forma triangular del árbol simboliza la Santísima Trinidad (Padre, Hijo y Espíritu Santo), mientras que las esferas y colores representan los dones de Dios a los hombres. Las luces encendidas simbolizan la luz de Cristo, y la estrella colocada en la punta del árbol representa la fe que debe guiar la vida del cristiano.
En la actualidad, el árbol de Navidad es un símbolo reconocido en todo el mundo para celebrar esta época del año. Ya sea natural o artificial, se ha convertido en un clásico para adornar hogares, oficinas y tiendas. Además, se asocia estrechamente con la llegada de Papá Noel o Santa Claus, quien deja regalos debajo del árbol, simbolizando los dones que Dios otorgó durante el año. Así, el árbol de Navidad continúa siendo un recordatorio esencial de la esencia y significado de esta temporada.
