Amílcar Olán, íntimo amigo de los hermanos Andy y Gonzalo López Beltrán, ha expuesto detalles sobre la presunta participación de Gonzalo, tercer hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador, en una red de negocios y tráfico de influencias relacionada con la construcción del Tren Maya.
Según los audios obtenidos por Latinus, Amílcar detalla cómo Gonzalo, quien utiliza el alias «Bobby», no solo supervisa los tramos del Tren Maya, sino que también opera un lucrativo negocio relacionado con el balasto, la piedra triturada que se coloca debajo de las vías del tren.
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En los audios, Amílcar hace referencia a la estrecha relación de amistad y confianza que comparte con Gonzalo, a quien se refiere afectuosamente como «Gonzalito». Estos reveladores documentos son una ventana a la conexión entre la red de negocios y la administración gubernamental, poniendo de manifiesto posibles conflictos de interés.
La investigación
Latinus ha respaldado estas revelaciones mediante investigaciones en registros públicos, plataformas de transparencia y correos electrónicos hackeados al ejército por el colectivo Guacamaya. El modus operandi de este presunto entramado financiero se ejecutaría a través de la Secretaría de la Defensa Nacional y los consorcios encargados de construir los tramos del Tren Maya, a quienes Amílcar provee del balasto necesario.
Estas acusaciones sugieren un control significativo de Gonzalo López Beltrán sobre miles de millones de pesos en la construcción del Tren Maya, lo que plantea interrogantes sobre la integridad del proceso y la posible vinculación de figuras gubernamentales en actividades empresariales cuestionables.
Las autoridades competentes podrían considerar la apertura de investigaciones para esclarecer la validez de estas afirmaciones y determinar si existen prácticas indebidas en la gestión de proyectos de esta envergadura.
