Las elecciones de este 2 de junio se recordarán no solo por su magnitud, siendo las más grandes en la historia del país, sino también por la violencia sin precedentes que las ha acompañado. Con al menos 30 aspirantes asesinados y más de 200 homicidios políticos, la jornada electoral se ha visto marcada por un alarmante nivel de agresiones y amenazas que ponen en entredicho la seguridad del proceso democrático.
La violencia escaló significativamente en los últimos días de campaña. Un caso emblemático es el asesinato de José Alfredo Cabrera, candidato de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México a la alcaldía de Coyuca de Benítez, Guerrero, quien fue ejecutado con dos tiros en la nuca en el evento de su cierre de campaña.
Estadísticas alarmantes
Según Armando Vargas, consultor sénior de Integralia, de septiembre de 2023 al 26 de mayo de 2024 se contabilizaron 749 víctimas de ataques de violencia electoral. Esto representa un aumento del 150.5% en comparación con las elecciones intermedias de 2021, incluyendo asesinatos, atentados armados, amenazas, secuestros y desapariciones. Integralia documentó 34 asesinatos de aspirantes y un total de 231 homicidios al considerar también a funcionarios, exfuncionarios, políticos, familiares y víctimas colaterales.
Diferencias en el registro de homicidios
Mientras la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC) reconoce 22 asesinatos de aspirantes, organizaciones independientes como Data Cívica reportan 31, Causa en Común 32 y DataInt 38. Nancy Angélica Canjura, investigadora de Causa en Común, opina que estas diferencias reflejan la negativa del Gobierno Federal a aceptar la realidad violenta del país.
Impacto en la participación electoral
Data Cívica señala que por cada agresión a un candidato, la participación electoral en la localidad disminuye un 1.3%, y si la víctima es un político en funciones, como un alcalde, la caída es del 3%. Itxaro Arteta, vocera de Data Cívica, advierte que esto debilita la democracia, ya que la ciudadanía teme salir a votar o considera que el crimen organizado domina el proceso electoral.
Medidas de seguridad
El Instituto Nacional Electoral (INE) estimó que 168 casillas no se habilitarán por inseguridad y conflictos político-sociales. La Secretaría de Marina informó que 3,474 agentes de las Fuerzas Armadas protegen a 553 candidatos, con un despliegue total de 27,245 elementos para la seguridad de las elecciones. No obstante, la eficacia de estos protocolos está en entredicho, como demuestra el asesinato de Alfredo Cabrera, quien contaba con escoltas de la Guardia Nacional.
Focos de violencia
La violencia electoral está especialmente focalizada en zonas dominadas por el crimen organizado, como Chiapas, Michoacán, Guerrero, Guanajuato y Zacatecas. Según Canjura, estos grupos criminales utilizan la violencia para influir en el resultado electoral y expandir sus redes de impunidad eliminando a los candidatos opositores.
Las elecciones de este año, que convocan a más de 98 millones de votantes para renovar más de 20,000 cargos, incluyendo la presidencia, los 128 senadores y los 500 diputados, han sido marcadas por una violencia sin precedentes que amenaza la integridad del proceso democrático. La situación refleja una democracia cautiva, controlada en muchos aspectos por grupos criminales, concluye Vargas.
«Hoy es una democracia sin libertad, una democracia acotada, cautiva, capturada por grupos criminales», enfatiza Vargas, destacando la necesidad urgente de políticas públicas efectivas y transparentes para enfrentar este grave problema.
