En México, la tradicional práctica de cambio de horario de verano se lleva a cabo el primer domingo de marzo y finaliza el último domingo de octubre, con el objetivo de aprovechar mejor la luz natural durante los meses más cálidos del año.
Sin embargo, desde el 30 de octubre de 2022, el horario de verano fue eliminado, lo que significa que los mexicanos ya no tienen la necesidad de ajustar sus relojes dos veces al año, adelantándolos en primavera y retrasándolos en otoño.
Los estados que han optado por no realizar cambios en sus relojes son: Aguascalientes, Baja California Sur, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Colima, Durango, Estado de México, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nayarit, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa, Tabasco, Tlaxcala, Veracruz, Yucatán y Zacatecas.
El debate sobre la efectividad del ajuste del horario de verano es constante. Algunos sostienen que promueve la conservación de energía y estimula la participación en actividades al aire libre, mientras que otros indican que podría ocasionar perturbaciones en los patrones de sueño y en la salud en general.
Esta diversidad de opiniones sobre los horarios variables ilustra la complejidad y la habilidad de adaptación de las medidas temporales en un país con una gran variedad de rasgos geográficos y culturales.
Por ello, hay estados que sí modifican sus horarios con la llegada el verano:
- Baja California
- Chihuahua
- Coahuila
- Nuevo León
- Tamaulipas
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