Este lunes, las autoridades dieron por finalizada la etapa de rescate en San Luis Ayucan, Estado de México, tras el desgajamiento de un cerro que dejó nueve personas fallecidas y tres sobrevivientes. Entre el sábado y el lunes, 12 personas fueron localizadas entre los escombros de sus hogares, mientras que se evacuaron 60 viviendas para evaluar la seguridad del terreno afectado.
Adrián Hernández Romero, coordinador de Protección Civil y Gestión Integral del Riesgo del Estado de México, informó que el último cuerpo recuperado fue el de un joven de 16 años, lo que marcó el cierre de las labores de rescate en la zona. A partir de este lunes, los esfuerzos se centran en la remoción de escombros y la limpieza de caminos, mientras especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Protección Civil realizan evaluaciones geológicas para determinar si es necesario desalojar más viviendas.
Durante el fin de semana, se rescataron cuatro personas el sábado, tres el domingo y cinco el lunes, entre ellas una mujer de 35 años y dos menores de 14 y 16 años.
Deslaves y limpieza en la zona
Personal de distintas corporaciones continúa con la limpieza de caminos y la carretera principal, afectada por el deslave que arrastró toneladas de tierra, piedras y troncos. Además, maquinaria pesada fue desplegada para retirar lozas, muros y vehículos aplastados en una pequeña plaza comercial que fue devastada por el alud.
En tanto, Protección Civil municipal sigue atendiendo comunidades cercanas como Santa María Mazatla y Las Manzanas, donde se reportan posibles desaparecidos, aunque aún no han sido localizados.
Atención médica y psicológica
La Secretaría de Salud estatal ha instalado cuatro módulos de atención médica y psicológica en San Luis Ayucan, además de activar la red hospitalaria y desplegar cinco Caravanas de Salud para brindar apoyo a las familias afectadas.
En la zona del desastre permanecen elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), la Marina, Guardia Nacional y diversas secretarías del Estado de México, junto con la Fiscalía General de Justicia y la Comisión del Agua del Estado de México, entre otras instituciones.
Miedo ante posibles nuevos deslaves
El temor a nuevos derrumbes sigue presente en la comunidad. Rosa Patricia Trejo Covarrubias, testigo del incidente, relató que vio cómo el agua arrastraba a una mujer y una jovencita, mientras que un niño y un hombre quedaron atrapados en un auto destruido por el deslave. “Todo se convirtió en un lodazal en segundos”, describió.
Trejo también recordó que, hace 30 años, la zona del desastre era parte de una barranca natural que descendía del cerro, un área de alto riesgo donde, a pesar de las advertencias, se construyeron viviendas y comercios.
Macrina Hernández, madre de cinco hijos, narró que la casa de su vecina desapareció por completo tras el deslave. En otro punto, los residentes vieron cómo el agua escurría entre los escombros de lo que antes eran sus hogares.
Jilotzingo de luto
El sábado se llevó a cabo el funeral de una bebé de tres meses, rescatada por su abuelo. Para este lunes, las familias preparaban la sepultura de ocho fallecidos más. El sacerdote Salvador Martínez Parra ofreció el templo local para velar a las víctimas y celebrar misas exequiales.
La alcaldesa de Jilotzingo, Ana Teresa Casas González, expresó su agradecimiento a la gobernadora Delfina Gómez Álvarez y a los equipos de rescate que apoyaron en la tragedia. Con la bandera a media asta, el municipio conmemoró el 15 de septiembre en un acto solemne en memoria de los fallecidos, destacando el esfuerzo heroico de los rescatistas.
Las donaciones de alimentos, agua y ropa continúan llegando a los centros de acopio, mientras más de 60 personas afectadas por el desastre permanecen alojadas en un refugio temporal, recibiendo atención y comida.