Alrededor de 500 migrantes de diversas nacionalidades emprendieron su marcha la mañana de este miércoles desde el municipio de Suchiate, en la frontera con Guatemala, hacia la ciudad de Tapachula, con el objetivo de iniciar trámites de regularización o continuar su viaje hacia el norte del país.
Este grupo, que incluye a mujeres y niños, logró atravesar dos puntos de control del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Guardia Nacional, ubicados sobre la carretera federal, hasta el mediodía.
Álvaro Borrego, un venezolano de 37 años, decidió abandonar su país tras las elecciones presidenciales celebradas el pasado domingo 28 de julio, en las que la Oposición fue derrotada. Borrego afirmó que, de haber ganado Edmundo González, habría considerado quedarse en Venezuela. Sin embargo, ante la reelección de Nicolás Maduro, teme que las condiciones económicas y políticas en su país empeoren aún más. “No podemos vivir en nuestro país, se pasa hambre y muchas calamidades”, expresó entre lágrimas.
Borrego relató que, para poder salir de Venezuela, tuvo que vender su Toyota Corolla del 96, un vehículo que compró con mucho esfuerzo durante casi 15 años de trabajo como cocinero. Con parte del dinero dejó a su esposa e hijos los recursos necesarios para sobrevivir un par de meses, mientras que el resto lo utilizó para financiar su travesía. “Ha sido difícil, y lo que hemos vivido en el camino ha sido terrible. Nos robaron en la frontera de Costa Rica y también en Guatemala”, compartió con tristeza.
Los migrantes tienen como destino inicial la ciudad de Tapachula, principal urbe en la frontera sur, donde esperan acudir a las oficinas del INM y de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados. Algunos confían en encontrar empleo temporal en la ciudad para reunir el dinero necesario antes de continuar su camino en busca del sueño americano.
