Esta mañana, la caravana migrante arribó a la Basílica de Guadalupe tras una extensa travesía por el sur del país. Después de recorrer a pie todo el trayecto, los migrantes alcanzaron el templo del Tepeyac a las 10:00 de la mañana. Entraron a misa y recibieron la bendición del sacerdote, según Yessi, una migrante de Honduras.
Sus rostros reflejan el agotamiento de un viaje que comenzó hace dos meses en Tapachula, Chiapas. Visiblemente fatigados, los migrantes descansan en las afueras de la Basílica, tendidos sobre el suelo y descalzándose, revelando las llagas en sus pies, consecuencia de los miles de kilómetros caminados.
Se trata de decenas de hombres, mujeres y niños, que según sus propios cálculos suman 400 integrantes en la caravana, todos con la esperanza de encontrar mejores condiciones de vida. José, también de Honduras, comenta que dejó su país porque “la economía está mal y quiero un mejor trabajo que permita mantener a mi familia”.
La llegada de los migrantes, la mayoría procedentes de Honduras, Guatemala, El Salvador y Haití, ocurrió después de que ayer atravesaron el municipio de Texcoco, en el Estado de México. Pasaron la noche en el camellón de la avenida 602, en la alcaldía Gustavo A. Madero, y esta mañana reanudaron su camino hacia la Basílica de Guadalupe.
Con información de Agencias
