El presidente Andrés Manuel López Obrador refutó las afirmaciones sobre la proliferación de violencia en Chiapas, declarando que se trata de una estrategia mediática distorsionada.
Durante su «mañanera» realizada desde Palenque, el mandatario desechó las acusaciones de inseguridad en la región, atribuyendo tales informes a lo que denominó «hampa del periodismo» y a los propietarios de los medios de comunicación.
“No, no (hay violencia en Chiapas). No tiene por ejemplo comparación lo que sucede en Chiapas con lo que está pasando en Guanajuato”, comentó.
“No son ustedes (los reporteros), son los del hampa del periodismo, y los dueños de los grandes medios de manipulación, los periódicos más famosos, las cadenas de radio nacional, internacional; los dueños de las grandes cadenas de televisión en el mundo, en México. Ustedes son trabajadores de los medios de comunicación, si acaso venden su trabajo pero no su consciencia, para que no se malinterprete”, enfatizó.
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Hay toda una campaña, en general, no solo es Chiapas, de querer decir ‘qué barbaridad, cómo hay violencia en Chiapas’, entonces hay que tener cuidado con lo mediático”, expuso.
Recientemente, se ha destacado que la violencia en Chiapas ha llevado al cierre de iglesias cristianas en al menos 10 municipios, debido al recrudecimiento de los enfrentamientos relacionados con el narcotráfico, según informó el presidente de la Asociación de Pastores Evangélicos de Tapachula, Gamaliel Fierro Martínez.
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Este contexto de violencia ha afectado particularmente a la comunidad evangélica en Chiapas, donde aproximadamente uno de cada tres habitantes profesa esta religión, convirtiéndola en la región con la mayor proporción de fieles evangélicos en el país, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
