La violencia en Chiapas se ha intensificado nuevamente desde el pasado jueves, afectando los municipios de Chicomuselo y Frontera Comalapa. En la comunidad de Morelia, municipio de Chicomuselo, se reportó el asesinato de 11 personas, incluyendo un menor de 15 años, cinco mujeres y cinco hombres. Estos homicidios son resultado de los enfrentamientos entre grupos del narcotráfico, según informaron las autoridades estatales.
Dos de las mujeres asesinadas servían a la Iglesia católica, según personas allegadas a la diócesis de San Cristóbal de Las Casas. Los pobladores del ejido Morelia, que se encontraron en medio del fuego cruzado, han solicitado la intervención de las autoridades para detener la violencia. Un residente, que pidió permanecer en el anonimato por su seguridad, mencionó que las víctimas fueron atacadas en sus domicilios y no estaban vinculadas a los grupos delictivos, perteneciendo a una religión evangélica que se oponía a los bloqueos y extorsiones.
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Desde el pasado jueves, la violencia se reactivó en la región de la sierra, con criminales causando terror e incendiando casas en comunidades como Nuevo Morelia, San Francisco, Las Palmas, El Rosario y Las Brisas. Los enfrentamientos entre sicarios de los carteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa han dejado vehículos blindados artesanales, conocidos como ‘monstruos’, destruidos en los caminos.
Además, varias comunidades de Chicomuselo han estado sin energía eléctrica desde el domingo pasado debido a que los sicarios derribaron postes de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
La Fiscalía General del Estado (FGE) informó que inició investigaciones para encontrar a los responsables del homicidio de 11 personas en la comunidad Nuevo Morelia. En un comunicado, la FGE confirmó el inicio de las investigaciones “contra quien o quienes resulten responsables del homicidio de 11 personas acontecido en las últimas horas en la comunidad Nuevo Morelia, municipio de Chicomuselo”.
En los últimos meses, Chiapas ha experimentado un aumento de actos de inseguridad y violencia en varios municipios, incluyendo Pantelhó, Chenalhó, San Cristóbal de Las Casas, Tuxtla Gutiérrez, Ocozocoautla, Berriozábal, Las Margaritas, Frontera Comalapa y Chicomuselo. Organizaciones civiles e indígenas han denunciado un ambiente de “guerra civil” exacerbado por los conflictos armados, la presencia de carteles del narcotráfico y el proceso electoral, lo que ha provocado homicidios, desapariciones, extorsiones y desplazamientos forzados, especialmente en comunidades indígenas afines al Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
