Con el inicio del nuevo año, muchos nos enfrentamos a la temida «Cuesta de Enero», ese período post festividades donde los gastos suelen ser más altos y los bolsillos más ajustados.
¿Qué es la Cuesta de Enero?
La «cuesta de enero» es un fenómeno económico desencadenado por dos factores principales: la mala administración de las finanzas personales y el incremento de precios en ciertos productos y servicios. Este fenómeno se manifiesta al inicio del año, específicamente en enero, de ahí su denominación.
Te recomendamos: Banxico mantiene tasa de interés en 11.25% para cerrar el año
La temporada invernal, caracterizada por las celebraciones de fin de año y la compra de regalos, conlleva una considerable inversión económica. Independientemente de las razones detrás de estos gastos, es común enfrentar dificultades financieras al inicio del nuevo año, que abarcan desde costos rutinarios hasta el pago de impuestos y la liquidación de deudas acumuladas.
Si te sientes conectado con esta realidad, te invitamos a explorar cómo prevenir y sortear esta crisis.
Afrontando la Cuesta de Enero: Estrategias Claves
Encarar la Cuesta de Enero no tiene por qué ser una travesía difícil. Con una planificación adecuada y algunos ajustes financieros, es posible sortear este desafío con éxito.
A continuación, compartimos pasos sencillos que pueden seguirse para evitar que las deudas se conviertan en una carga al inicio del año:
- Realiza un detallado listado de tus ingresos y gastos para comprender cómo estás utilizando tu dinero.
- Elabora un presupuesto que abarque tus gastos, siguiendo la regla 50-30-20. Asigna el 50% de tus ingresos a gastos necesarios, el 30% a gastos personales y el 20% a un fondo de ahorro.
- Si tienes deudas, prioriza saldar aquellas con mayor urgencia antes de contraer nuevas obligaciones.
- Evita el endeudamiento excesivo al hacer compras y evita gastos que excedan tus ingresos.
La correcta administración financiera no solo contribuye a superar la «cuesta de enero», sino que también ofrece beneficios más amplios al permitirnos planificar el futuro y mantener una economía saludable.
La clave está en aprender a equilibrar nuestras finanzas con sensatez y previsión.