En una reciente entrevista con la revista Time, Donald Trump ha anunciado su intención de emplear a la Guardia Nacional como parte de un plan para deportar a millones de migrantes en todo Estados Unidos si resulta victorioso en las elecciones presidenciales de este año. Este anuncio refleja una intensificación en su retórica contra la inmigración, una estrategia que ha marcado su trayectoria política.
En sus declaraciones, Trump no detalló los procedimientos exactos que se utilizarían en estos operativos de deportación ni especificó el papel que desempeñaría la Guardia Nacional. Sin embargo, manifestó que estaría dispuesto a emplear incluso al ejército en servicio activo si fuera necesario, aunque consideraba que la Guardia Nacional sería suficiente para llevar a cabo esta tarea.
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Históricamente, las fuerzas militares estadounidenses, incluyendo la Guardia Nacional, han sido desplegadas en la frontera para respaldar las labores de control de inmigración. No obstante, utilizar estos recursos para facilitar directamente la deportación de inmigrantes, especialmente en el interior del país, representaría un significativo aumento en su involucramiento en asuntos migratorios y probablemente enfrentaría desafíos legales.
