El presidente estadounidense dijo que hay «30 mil camas en Guantánamo» y firmó la Ley Laken Riley para utilizarlo como centro de detención de migrantes.
En una ceremonia en la Casa Blanca, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reveló un controvertido plan para usar la base militar de Guantánamo, ubicada en la isla de Cuba, como centro de detención para hasta 30 mil migrantes irregulares. La medida se produce tras la firma de la Ley Laken Riley, la primera legislación de su segundo mandato, que establece políticas más estrictas sobre la deportación de inmigrantes acusados de delitos violentos, robo o hurto, incluso antes de ser condenados.
Durante la firma de la ley, Trump detalló que la base de Guantánamo albergaría a los migrantes detenidos bajo estas nuevas normativas, explicando que «tenemos 30 mil camas en Guantánamo para detener a los peores inmigrantes criminales que amenazan a los estadounidenses». Según el mandatario, algunos de estos individuos son considerados tan peligrosos que no pueden ser deportados a sus países de origen debido a la falta de garantías de que sean recibidos o detenidos allí.
El anuncio de Trump subraya su compromiso con una de las promesas más destacadas de su campaña: tomar medidas enérgicas contra la inmigración ilegal y el crimen asociado a ella. «Esta legislación es sólo el comienzo», comentó el presidente, quien aprovechó la ocasión para elogiar a los republicanos en la Cámara de Representantes y reiterar que la Ley Laken Riley representa un paso fundamental para «restablecer el Estado de derecho» en el país.
La Ley Laken Riley, que toma su nombre en honor a una niña de Florida que fue víctima de un crimen relacionado con un inmigrante ilegal, otorga al gobierno la facultad de detener a individuos que estén en el país sin autorización y que estén acusados de delitos como robo o agresiones violentas. A diferencia de las leyes previas, la nueva normativa permite que estas personas sean detenidas incluso antes de un juicio o condena, generando preocupación entre grupos de derechos humanos por el posible abuso de esta medida.
Trump destacó que el proyecto de ley no solo se limita a las deportaciones, sino que es parte de un enfoque integral para proteger a los ciudadanos estadounidenses de los presuntos peligros asociados con la inmigración ilegal. «Este es un claro mensaje para aquellos que piensan que pueden ingresar ilegalmente a nuestro país y violar nuestras leyes: ya no lo toleraremos», aseguró el presidente durante su intervención.
La propuesta de utilizar Guantánamo como centro de detención para migrantes ha generado fuertes críticas tanto a nivel nacional como internacional. Mientras que los defensores de la política migratoria de Trump celebran el anuncio como una medida firme contra la inmigración ilegal, organizaciones de derechos humanos han expresado su preocupación por el trato que recibirán los detenidos, dado el historial de abusos y las condiciones de detención en Guantánamo.
Por su parte, líderes demócratas han calificado la medida como una violación de los derechos fundamentales de los migrantes y una exacerbación de la crisis humanitaria en la región. «El uso de Guantánamo como prisión para migrantes es un paso atrás en los derechos humanos», afirmó Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes.
Con la firma de la Ley Laken Riley, Trump ha asegurado su primer éxito legislativo de su segundo mandato, pero la batalla por la reforma migratoria está lejos de terminar. Los opositores ya han anunciado que presentarán recursos legales a las nuevas políticas, lo que podría prolongar la implementación de las medidas en Guantánamo y otras áreas clave.