El terremoto de magnitud 7.6, que sacudió la costa occidental del centro de Japón el pasado lunes, ha dejado un trágico saldo de al menos 73 fallecidos, según lo informado por autoridades locales.
Actualmente, se intensifican las labores de rescate con el objetivo de hallar supervivientes atrapados entre los escombros. En localidades como Wajima, Noto, o Suzu, cercanas al epicentro, se ha observado un aumento en las estimaciones de casas derrumbadas, lo que ha llevado a un incremento en los dispositivos de rescate, especialmente antes de que transcurran las críticas 72 horas, tras las cuales se vuelve casi imposible encontrar personas con vida.
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Wajima, una de las zonas más afectadas, lamenta la pérdida de 39 personas, mientras que en Suzu han fallecido 23, 5 en la ciudad de Nanao, 2 en Anamizu, 2 en Noto, y una persona en Hakui y otra en Shiga.
Las autoridades locales alertan sobre individuos aún desaparecidos en otras partes de la prefectura de Ishikawa, donde continúan las operaciones de rescate.
Hasta el momento, el número de heridos asciende a 323, con lesiones tanto graves como leves, también en esta región. Durante una reunión de gestión de la situación celebrada hoy, la policía local reportó 121 casos de personas o grupos en necesidad de rescate que aún no han sido atendidos, según lo comunicado por la cadena estatal NHK.
Hasta este martes, aproximadamente mil efectivos fueron desplegados en esta prefectura, junto con 22 aviones y 8 barcos para llevar a cabo operaciones de rescate e recopilación de información sobre daños. Sin embargo, se espera el envío del doble de personal en las próximas horas, sumado a bomberos y policías de todo Japón.
El terremoto, que golpeó la península de Noto, una zona conocida por tener fallas activas, tuvo su epicentro a 30 kilómetros al noreste de Wajima y alcanzó el nivel 7 en la escala cerrada de 7 japonesa, que evalúa el poder destructivo del temblor.
Este sismo, el más devastador en Japón desde el ocurrido en 2016 en la prefectura de Kumamoto, que dejó más de 200 muertos, representa el primer evento de nivel 7 registrado en el país desde 2018, cuando un terremoto alcanzó dicho nivel en la isla de Hokkaido.»