El gobernador de Florida, Ron DeSantis, anunció su salida de las primarias para la nominación presidencial republicana, a tan solo dos días del crucial evento en Nuevo Hampshire.
Con esta decisión, la competencia interna del Partido Republicano queda reducida a dos destacados candidatos: el expresidente Donald Trump y la exembajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley.
DeSantis explicó su retirada mediante un video compartido en redes sociales, declarando: «No contamos con un camino claro hacia la victoria. Por lo tanto, hoy suspendo mi campaña».
Con esta determinación, la atención se centra en una contienda más ajustada entre Trump y Haley en la búsqueda de la nominación presidencial republicana.
En su declaración, Ron DeSantis confirmó su compromiso de respaldar al candidato republicano, sugiriendo fuertemente que será Donald Trump. Afirmó que continuará luchando por las causas en las que cree, incluyendo la «detención de la invasión» de migrantes en Estados Unidos.
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DeSantis, inicialmente, buscó presentarse como una alternativa política exitosa dentro del movimiento MAGA, heredando las políticas preferidas de Trump pero sin su carga política. Sin embargo, su intento de ganar a los seguidores de Trump resultó menos exitoso de lo esperado, ya que tardó en criticar significativamente al expresidente y no logró captar suficiente apoyo.
La adopción de políticas de extrema derecha por parte de DeSantis también alejó a los republicanos moderados e independientes, quienes comenzaron a considerar a Nikki Haley como una opción más viable para liderar al Partido Republicano en una dirección diferente a la de Trump.
A pesar de contar con una operación política impresionante y una gran popularidad tras su victoria en la reelección de 2022 en Florida, DeSantis no pudo mantener el impulso y se convirtió en la decepción de la campaña al obtener un distante segundo puesto en los caucus de Iowa.