Ayer, el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, fue herido por cuatro disparos en el pecho, abdomen, brazos y piernas, en la localidad de Hadlova. Un hombre de 71 años con permiso de armas, Juraj Cintula, perpetró el atentado. Las noticias procedentes de la oficina de presidencia eran pesimistas: “Su vida está en peligro”. Las alarmas del martes han desaparecido esta mañana. Tomas Taraba, viceprimer ministro del país, ha informado en declaraciones recogidas por Associated Press que el presidente “no se encuentra en una situación que ponga en peligro su vida en este momento”.
Fico es un político de amplia trayectoria a sus 59 años. Comenzó su carrera política militando en el Partido Comunista Checoslovaco en 1986. Tras la caída del muro de Berlín, se adhirió en Izquierda Democrática, plataforma de los comunistas reformados. En 1999, fundó su partido Smer, siendo la única opción viable para relevar en el poder a coaliciones de centroderecha liberales.
Por primera vez ejerció el cargo de primer ministro de Eslovaquia entre 2006 y 2010; regresó para el periodo 2012-2018, teniendo que abandonar el cargo a causa de protestas populares tras la muerte de un periodista. En octubre de 2023 volvió a asumir el cargo de primer ministro. Socialdemócrata, destaca por su discurso populista.
Fico aprovechó las dramáticas circunstancias de su país para regresar esta última vez al primer lugar de la política: pésima gestión de la coalición de centroderecha que gobernaba el país, aumento histórico de la inflación y disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos. Frente a estos factores, opuso un discurso antiinmigración con fuerte carga nacionalista. Su victoria fue incontestable al hacerse con el 23% de los votos en las elecciones del año pasado. Su autoritarismo preocupa en la Unión Europea puesto que amenaza el orden democrático.
Acérrimo defensor de Vladimir Putin, inquieta en la UE que Fico haya estrechado vínculos con Rusia y declarado su intención de retirar el apoyo a Ucrania en lo militar, aunque los mantiene en lo humanitario.
Se opone a las cuotas de redistribución de refugiados planteadas por la UE con el pretexto de la entrada de terroristas islámicos dentro de los grupos de migrantes musulmanes que recibe Eslovaquia. Crítico del matrimonio igualitario, se niega a reconocer los derechos de los homosexuales.