El Gobierno británico ha anunciado en el Parlamento su plan para compensar a las víctimas del escándalo de transfusiones con sangre contaminada, indicando que los primeros afectados recibirán indemnizaciones completas a finales de año.
Tras la publicación de un informe que condena a las autoridades por este escándalo, que entre las décadas de 1970 y 1990 dejó alrededor de 3.000 muertos, el primer ministro conservador, Rishi Sunak, presentó sus disculpas oficiales y prometió una «compensación total» para las víctimas.
«Sea cual sea el costo» de la compensación a las víctimas «lo pagaremos», aseguró Sunak.
Miles de personas con hemofilia o que habían sido sometidas a cirugías se infectaron en esa época con hepatitis C y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), tras recibir transfusiones de sangre contaminada.
Al detallar el sistema de compensaciones ante los diputados, el secretario de Estado John Glen, ‘paymaster general’ (pagador general), anunció que las indemnizaciones comenzarán «antes de fin de año».
Glen informó que el gobierno realizará nuevos pagos provisionales de 210.000 libras (266.000 dólares) y reconoció que las víctimas «mueren cada semana» y pueden temer no ser indemnizadas a tiempo.
Algunas víctimas ya recibieron una primera indemnización de 100.000 libras (127.000 dólares) en 2022, tras la publicación de un primer informe.
Los familiares de las víctimas que cuidaron a un ser querido infectado también podrán recibir indemnizaciones, dijo el Secretario de Estado. El costo total no ha sido revelado, pero la prensa británica estima una dotación de 10.000 millones de libras (12.700 millones de dólares).
Debido a la escasez de sangre, el servicio público de salud, el NHS (National Health Service), recurrió en aquella época a proveedores estadounidenses que pagaban a sus donantes, entre los que se encontraban presos y miembros de otros grupos con alto riesgo de infección.
«La magnitud de lo ocurrido es espantosa”, describió el lunes una investigación pública independiente de más de 2.500 páginas, que incluye miles de testimonios y documentos que prueban que «la verdad estuvo oculta durante décadas».
El drama «podría haberse evitado en gran medida», afirmó en el informe, tras siete años de trabajo, el exjuez Brian Langstaff, quien dirigió la investigación.
Con información de Agencias