Axel Rudakubana tenía 17 años cuando mató a puñaladas a tres niñas en una clase de baile con temática de Taylor Swift en Inglaterra
Axel Rudakubana, un adolescente de 18 años, fue sentenciado este jueves a más de 50 años de prisión tras asesinar a tres niñas en un ataque durante una clase de baile con temática de Taylor Swift en Southport, Inglaterra. El juez Julian Goose calificó el crimen como «el más extremo, impactante y excepcionalmente grave» que había presenciado, destacando la naturaleza despiadada del asesinato masivo de tres niñas inocentes, de entre 6 y 9 años, y la intención del acusado de causar la mayor cantidad de muertes posible.
Aunque Rudakubana tenía 17 años cuando cometió el crimen en julio de 2024, lo que le impide recibir una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, el juez decretó que el joven deberá cumplir un mínimo de 51 años de prisión antes de ser considerado para la libertad condicional. «Es probable que nunca sea liberado», añadió el juez.
El ataque, que también dejó a ocho niños heridos y dos adultos, conmocionó al Reino Unido y desató una oleada de violencia callejera, además de abrir un debate sobre las fallas en el sistema para frenar a Rudakubana, quien ya había sido reportado a las autoridades por su obsesión con la violencia. En respuesta al suceso, el gobierno británico ha anunciado una investigación pública para entender por qué no se pudo evitar la tragedia.
El joven fue arrestado tras el ataque, que se produjo durante una clase de baile en la que las víctimas celebraban su amor por la cantante estadounidense Taylor Swift. Rudakubana enfrentaba múltiples cargos, incluyendo tres de asesinato, 10 por intento de asesinato por los heridos, y otras acusaciones por poseer un cuchillo, ricina y un manual de Al Qaeda. Aunque inicialmente se declaró inocente, el lunes sorprendió al tribunal al cambiar su declaración y admitir todos los cargos.
El jueves, Rudakubana no estuvo presente para escuchar su sentencia. Durante la audiencia, interrumpió a los fiscales al gritar desde el banquillo que se sentía enfermo y requería atención médica. Tras su ruidosa salida, la sesión continuó sin él, mientras varios asistentes le gritaron «¡Cobarde!» al verlo ser retirado.
El crimen ha dejado al país en shock y ha intensificado la discusión sobre la seguridad y la prevención de la violencia juvenil, así como abre el debate sobre las prisiones y sentencias; en este caso diversos personajes han expresado cómo este asesino será mantenido con cama y comida con los impuestos por al menos 50 años.