Con el levantamiento de las restricciones al uso de las armas donadas a Ucrania por sus aliados para utilizarlas en territorio ruso cambia al completo el tablero bélico. A Reino Unido, República Checa, Estonia, Letonia y Lituania, se sumaron ayer Francia, Polonia, Alemania, Países Bajos y Estados Unidos, aunque este último con el veto de usar exclusivamente sus armas en la ciudad rusa de Belgorod, próxima a la sitiada Jarkov.
El clima bélico elevado repentinamente la temperatura, aunque era previsible después de las declaraciones del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el alto representante para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, alentando a levantar las restricciones.
Desde febrero de este año, diversos medios internacionales han denunciado numerosa presencia de agentes secretos y espías enviados por Pekín y Moscú a suelo europeo. En ocasiones, han sido apresados y llevados ante la justicia por actos de sabotaje, pero la mayoría circula libremente. El aumento de inteligencia se asocia con preparativos destinados a escalar el conflicto entre Ucrania y Rusia.
Coincide esta situación con la urgencia de países de la UE para recuperar el servicio militar obligatorio, desaparecido desde hace décadas. El objeto es engrosar el número de soldados que puedan enfrentar cualquier eventualidad, puesto que lo reducido de los efectivos en la actualidad vuelve a los ejércitos casi inoperantes frente al incontestable poderío ruso como demuestra la guerra en que Kiev no tiene opción frente a Moscú.
Hace unos días, varios medios de comunicación informaron de la decisión unilateral de Moscú de modificar las fronteras marítimas del Báltico con Finlandia y Lituania.
En los hechos, la diversidad de países involucrados en la ayuda militar a Ucrania permite hablar de internacionalización del conflicto, puesto que si bien los ejércitos respectivos no intervienen de momento, sí lo hacen sus equipos de guerra que es otra manera de hacerse presente.
La reciente escalada ha sido señalada por Vladimir Putin que ha vuelto a amenazar con el uso de armas nucleares controladas ante el peligro de que la alianza occidental las utilice primero.
La coalición de países del este, UE y EEUU legitima a Rusia para formalizar el apoyo explícito de sus aliados: China, países del Golfo Pérsico liderados por Irán, repúblicas africanas y países latinoamericanos.
En apenas 15 días, la situación entre Ucrania y Rusia se ha deteriorado lo suficiente para escalar a un enfrentamiento entre dos bloques, recordando el ambiente prebélico de la Guerra Fría.